Usted está aquí: Inicio / Miramamolín El Moro / Blog / "Al carajo to", por Miramamolín, el Moro

"Al carajo to", por Miramamolín, el Moro

Es la expresión espontánea del abuelo al que nunca le gustaron los niños, está hasta el gorro de la abuela, no soporta a las nueras ni a los yernos, sus hijos le han salido unos caras, le han tocado nietos y nietas peleones, impertinentes, mal educados, feos, antipáticos, guarros, desagradecidos, groseros, pestilentes, aprovechados y otras características de parecido jaez.

Además, le tiene una envidia biliosa a los consuegros de toda laya que le han tocado en la rifa, no le llega la pensión a fín de mes, debe tres meses de comunidad, el barbero le ha hecho un trasquilón, se le ha estropeado la tele, el coche no le da para más, su equipo baja a 2ª, el perro le coge el moquillo y los pijamas se le han quedado estrechos.

Por si fuera poco le huele la boca y los amigos le rehuyen, se está quedando sordo y no hay forma de que le toquen las quinielas. Su alcalde es un cacique y la abuela lo manda a la compra, con lo que tiene que aguantar la mamarrachada esa de "agente de cambio y bolsa" y cuando pregunta en la frutería que quién es el último, siempre hay un chorras que le dice "usté", con cara de genio del humor. Otros imbéciles le preguntan que si trabaja en la "y veme".

En casa no aguanta más los juguetes por el suelo, los chupetes en el sillón, los zapatitos en la sopa y los baberos en el lavabo (inter inocentes manus meas). Y no hay forma de que duerma una siesta en paz.

Cuando creía que iba a descansar y dedicarse a sus aficiones, al jubilarse, resulta que empezaron a endilgarle nietos a todas horas y ya no recuerda siquiera cuáles eran aquellas. Le han roto el tocadiscos, hace meses que no puede sacarle brillo al cuerno derecho del último jefe que tuvo y el sidol le va a caducar.

Como ya está hecho un lío y no se acuerda ni de su nombre, ha decidido ir al juzgado a ponerse el de Herodes. Habla solo y hay vecinos que se han dado cuenta. Sin gustarle mucho, todos los días se va de paseo por no estar en casa con el jaleo que siempre hay, más que nada por encontrar algo de silencio entre la barahúnda callejera.

La tensión la tiene descontrolada, padece ansiedad crónica, la artrosis lo trae frito y le jode profundamente tener que ir al ambulata a cada momento, teniendo que soportar las colas, los marujeos y las explícitas narraciones de todas las enfermedades de los aburridos circunstantes. Por lo menos, ya que no se entiende con la abuela, no ha de pedir viagras ni demás pócimas milagrosas. Es un consuelo.

Vamos, que está hasta los gí¼evos, los mismos que le faltan para pegarse un tiro. Aunque también le falta la pistola, claro. Pero tampoco se tira por el balcón que lo tiene más a mano.

Por eso, un día cualquiera pone este anuncio en la prensa:


ABUELO quemao busca rinconcete


en gasolinera con sombrita, botijo y


revistas porno. Referencias. Llamar al


999 99 99 99 99 99


Mientras, tararea aquello de


♪Y tú que te creías
el rey de todo el mundoooo...♪

En la tele, no importa la cadena -que a la hora de tergiversar todas lo hacen igual-, hay un reportaje precioso sobre el papel de los abuelos de hoy, sin cuyo concurso las madres no podrían trabajar por cuenta ajena. Coba políticamente correcta.

Cualquier cosa, menos gritar a los políticos que los abuelos tienen derecho a descansar y a llevar una vida tranquila, para lo cual es imprescindible que las inversiones sociales se multipliquen por "n", de modo que las familias no tengan que recurrir a los viejos para poder desarrollar sus vidas profesionales, educar y cuidar a los hijos, etc.. hasta lograr que, sea cual sea su edad, la vida alcance la mayor dignidad para todos los ciudadanos (y las ciudadanas, of course).

123 comente otra vez
123 comente otra vez dice:
02/02/2005 01:41

La verdad es que se le quitan a uno las ganas de jubilarse. Más vale curro conocido, que jubilación por conocer.