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"2,500 (MMD)", por Miramamolín el Moro

Es el número que precede al 2,501 y sucede al 2,499. Significa que se han unido dos veces el 1,000 y una su mitad, el 500. Y no se puede ignorar que es el resultado de multiplicar 25 por 100, o lo que es lo mismo, 100 por 25 (el orden de factores, etc…). Si multiplicamos 5 por 500, obtendremos idéntico resultado, y si 500 por 5, ídem de lo mismo.

Ahora bien, dejemos de sumar y multiplicar: ¿qué ocurre si a 3,000 le restamos 500? Pues que de nuevo obtenemos 2,500, que no deja de ser el cuadrado de 50 y, simultáneamente, la raíz cuadrada de 6,250,000 (seis millones doscient @s-discriminatio positiva est- cincuenta mil). Todo esto, expuesto sin ánimo de exhaustividad.

Si 2,500 lo multiplicamos por un millón, obtenemos dos mil quinientos millones, que ya es un numerito más respetable, especialmente si hablamos de audiencias de televisión.

Es algo así como el 42% de la población mundial, de modo que un acontecimiento que sea seguido por tal número de televidentes se puede calificar, sin miedo a errar, como de "mediático".

El entierro de Lady Di, por ejemplo.

Claro que, "mediático" es todo lo que sale en los "media", especialmente si es bastante seguido, como el Sardá ese de las guarrerías y chorreces; o como Mª Teresa Campos y el júrgol, espectáculos la mar de "mediáticos" ellos, cosa que no tiene un especial mérito en sí misma, ya que para que algo se mediatiquee basta con que alguien del poder se empeñe en que así sea y dé las oportunas órdenes; o que se le vea posibilidad de vender mucha publicidad, como esos antros en que se encierran una panda de primates de baja estofa a comer, dormir, pelear y follar, con cámaras que les vigilan todo el tiempo y una patulea de analfabet @s - discriminatio positiva est- que se entusiasman viéndolo, tal que porteras mirando por las cerraduras. En lo "mediático" suele primar la poca vergí¼enza, aunque no siempre, claro, que una vez salió un amigo mío la mar de honrado.

Es absolutamente estúpido querer equiparar "mediático" a importante. Y es absolutamente manipulador por parte de los periodistas que lo hacen porque, por ejemplo y que se sepa, no hay ningún premio Nobel de medicina, (cuyo trabajo es importantísimo para la humanidad) que sea "mediático", mientras que la inmensa mayoría de los personajes o hechos que lo son, nada aportan o, si lo hacen, es algo negativo, insulso, efímero…

Como Lady Di, por ejemplo, que mientras acariciaba las cabezas de niños famélicos para anuncios en la tele o para cultivar su imagen, se acostaba con uno del clan que vendía las minas antipersonas colocadas en las tierras donde vivían esos famélicos. Lo que no impidió que las masas llorasen (por ella, no por los niños famélicos, claro) a moco tendido. Y si no fuese por el bodorrio del sábado pasado, ¿quién se acuerda hoy de la Di, cuyo fraternal museo ha cerrado por falta de visitantes?.

También nos cuentan ahora que es muy "mediático" uno cuyo entierro han visto otros 2,500 millones (las cifras oscilan entre 2,000 y 3,000, como con las "manis"). En este personaje asocian "mediático" con comunicador, craso error porque, como cualquiera sabe a estas alturas, los fieles se le han ido por millones durante su reinado, de modo que, como demostré en esta misma sección hace unas semanas, el tal finado ha sido el peor vendedor de ideas del mundo en estos tiempos: lo contrario de "comunicador". ¿"Mediático"?, bueno, como Lady Di, como Michael Jackson … y quizá lo mismo de exhibicionista, o más, que hasta nos ha mostrado su agonía en un alarde de megalomanía y egocentrismo sólo igualados por el culto a la personalidad que su corte le ha organizado (hay teóricos de la comunicación que predicen: para superar sus audiencias, el sucesor tendrá que actuar a lo boy ante las talluditas peregrinas solteras, viudas y monjas que vayan a verlo desde allí abajo).

Lo expuesto no impide que le lloren a moco tendido las mismas gentes que nunca se preocuparon de los chilenos muertos y torturados, mientras él abrazaba a Pinochet; ni de los nicaragí¼enses a los que predicó que se sometiesen a Gringolandia; ni de los millones de africanos -negros, eso sí- que pueden cascar de SIDA porque él les prohibía usar condones, … (hay más ejemplos, pero tampoco ahora quiero ser exhaustivo). ¿Y quién se acuerda hoy de Juan XXIII, que recibió los mismos ditirambos, o mayores si cabe, con una tele mucho menos extendida?

Dos mil quinientos millones han presenciado su entierro: como el de Lady Di. Igualados por las audiencias, quizá sean igual de relevantes para la humanidad.

Porca miseria.

123
123 dice:
12/04/2005 17:25

Magnífico artículo. Para quitarse el sombrero (o turbante).