Una de Galdós
No creo que logre nunca leer todo Galdós. Ni siquiera sé cuántas novelas publicó pero deben haber sido muchas. He leído bastantes (veinte o treinta tal vez: pocas, en el caso de un autor tan prolífico como Galdós) y, de vez en cuando, encuentro alguna más y me la llevo. Últimamente le tocó a "Amadeo I", uno de los Episodios Nacionales. Como saben mis amigos, me fascina la historia de España en el siglo XIX y ya me extrañaba no haber leído esta.
No está entre las grandes novelas de D. Benito y hasta parece compuesta a toda prisa y por encargo. Pero me ha fascinado su carga humorística y algo que no es muy habitual en la obra de Galdós: el componente fantástico, tanto más extraño cuando se mezcla con el documento histórico puro y duro y un trasfondo que recuerda a la novela picaresca.
Por cierto, recuerdo que mi amigo Norberto Luis Romero hacía un gesto de asco cada vez que hablábamos de la novela del XIX. Lo siento. Para mí Galdós es uno de los grandes escritores españoles de cualquier tiempo. Lo mismo podría decir de Clarín, de Emilia Pardo Bazán y, remontándonos, de Pedro Antonio de Alarcón (¡sí, lo juro!), entre otros.
Una anécdota para los isleños. En "Amadeo I" aparece de personaje muy secundario (sin diálogo ni ná) Roque Barcia, un escritor onubense hoy olvidado. Hay un bar en Isla Cristina en donde tienen un retrato suyo (no por afán cultural: igual hubieran puesto a Espinete, si fuera de la tierra) y en el grabado tiene una cara de triste y aburrío que no se lame. En la novela de Galdós se le ridiculiza un tantico por su estilo literario, que ya entonces era rancio. Oh, el tiempo, cómo va dosificando el olvido, qué cruel y sabiamente...
Comparto tu gusto por la historia y literaturas decimonónicas, y también tu asombro por la capacidad escritora de Galdós (¿será verdad algo que leí una vez que Pardo Bazán pudo haberle echado una mano en alguno de los episodios nacionales?).
Sobre su incursión en lo fantástico es algo más común en sus cuentos, algo que también era corriente en Pardo Bazán, es curioso que estos grandes representantes del realismo se permitieran esos "desahogos" en la narrativa breve.
Y entre los autores que citas me gustaría incluir otros como Larra y más allá de la narrativa en la que te centras a las dos voces que creo abren el camino a la lírica moderna en castellano, como son Bécquer y Rosalía, e incluso ciertos tonos de algunos poemas de Campoamor o ciertos arrebatos de Espronceda.
Un abrazo.