Un poema de Martha Asunción Alonso
Alejada del mainstream, en parte debido a que vive en Francia, en donde es profesora, Martha Asunción Alonso (Madrid, 1986) ha publicado dos poemarios, Cronología verde de un otoño (Universidad Complutense de Madrid, 2008) y Crisálida (Alhulia, Granada, 2009), con títulos "alevosamente" poéticos que no parecen tener mucho que ver con la poesía que escribe, memorialista y elegíaca, reflexiva y levemente irónica. Hablo por los pocos textos que de ella conozco y que podéis leer en su blog, dedicado a la literatura y el arte.
Os dejo con un poema suyo reciente y con la obra de Monet que lo ha inspirado. Si no veis la casa no se trata de forzar la vista sino de releer el poema.
THE HOUSE AMONG THE ROSES (Monet, 1925)
Todos la señalaban con el dedo, asentían,
se alejaban para observar mejor, muy fijamente,
como niños siguiendo una cometa por la playa.
Una mujer incluso usaba unos prismáticos,
muy seria y sigilosa, la cabeza inclinada,
igual que si escrutase un mapa falso del tesoro.
Yo me sentía imbécil. Recuerdo que pense: quizá
la casa entre las rosas esté fuera del cuadro,
donde nadie la piensa,
allí donde se nubla tu mirada.
Quizá hayamos perdido el tiempo buscando el animal,
nunca su sombra;
el destello del sol sobre la fuente, no la sed.
Seguí pensando un rato, como ciega,
mientras los japoneses sonreían.
Porque tal vez la casa sólo fuera las rosas
y aquel cielo turquesa,
alegría compacta y lumbre fácil.
Hoy creo que la casa entre las rosas siempre fuimos
nosotros. En su busca.
Os dejo con un poema suyo reciente y con la obra de Monet que lo ha inspirado. Si no veis la casa no se trata de forzar la vista sino de releer el poema.
THE HOUSE AMONG THE ROSES (Monet, 1925)
Todos la señalaban con el dedo, asentían,
se alejaban para observar mejor, muy fijamente,
como niños siguiendo una cometa por la playa.
Una mujer incluso usaba unos prismáticos,
muy seria y sigilosa, la cabeza inclinada,
igual que si escrutase un mapa falso del tesoro.
Yo me sentía imbécil. Recuerdo que pense: quizá
la casa entre las rosas esté fuera del cuadro,
donde nadie la piensa,
allí donde se nubla tu mirada.
Quizá hayamos perdido el tiempo buscando el animal,
nunca su sombra;
el destello del sol sobre la fuente, no la sed.
Seguí pensando un rato, como ciega,
mientras los japoneses sonreían.
Porque tal vez la casa sólo fuera las rosas
y aquel cielo turquesa,
alegría compacta y lumbre fácil.
Hoy creo que la casa entre las rosas siempre fuimos
nosotros. En su busca.
Un poema sublime. Como el cuadro.
Abrazos.