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Sweet twenty

El blog, que te hace público, visible, me ha posibilitado reecontrarme con gente de la que hacía años que no sabía nada: Daniel, Sonsoles, María José... Últimamente me ha escrito Eva, una amiga de Avilés con la que no hablaba desde hacía veinte años.

Ya hace veinte años de todo. Vamos a ver. ¿Qué hacía yo hace veinte años? Publicaba mi primer libro, Las ruinas (mi primer libro pero no mi primera publicación). Entonces vivíamos la literatura con absoluta visceralidad y los pocos poetas que vivíamos en Asturias nos matábamos por un quítame allá ese adjetivo. Andábamos a la gresca. Por un lado, Pelayo Fueyo, Lorenzo Oliván y yo. Por otro Jaime Priede, Fernando Menéndez, Jordi Doce, José María Castrillón... A veces nos juntábamos para tomar algo y discutíamos interminablemente. Éramos irreconciliables. Por entonces, una disensión estética o de escuela era un abismo que no se podía salvar. Desde las páginas de La Voz de Asturias nos dábamos palos a más y mejor. Pero luego nos encontrábamos cordialmente.

Yo que con la edad me he vuelto cada vez más radical en muchas cosas, en eso me he vuelto mucho más razonable. Como lector me he quitado de prejuicios. Hubo un tiempo en que parecía que si te gustaba Cernuda no te podía gustar Lezama Lima; si te gustaba Ángel González, Valente tenía que parecerte un cretino. Lo que ocurre después es que creces como lector. Y como ser humano. Lo bueno de los veinte años es que después vienen los treinta y los cuarenta. Y descubres que el mundo es inagotable y rico y plural. Por mi parte, he seguido leyendo los libros de Jordi Doce, de Fernando Menéndez... Aunque reconozco que lo pasábamos bien jugando a la vida gregaria y escenificando la guerra literaria a nivel doméstico.

Hoy recibo correos de mi amiga Eva de Avilés y me devuelven a un tiempo que no echo de menos (yo era entonces muy desgraciado) pero que también dicen muchas cosas olvidadas, que son parte de nosotros y que uno mira con un poco de nostalgia y un poco de rubor.

Y luego cada cual ha ido por donde le han llevado las cosas. Todos estamos vivos y eso es de agradecer. Y todos seguimos trabajando, cada uno en lo que cree. Pero qué carcajada la del tiempo, cómo nos da en la cara y nos dice: Eh, atento. Tienes 42 años, ya vas para vieja gloria y de momento sólo eres vieja. ¿Qué piensas hacer los próximos 40?
archivado en:
Jordi Doce
Jordi Doce dice:
30/11/2009 16:50

Hola, José Luis, leo con una sonrisa cómplice tu nueva entrada. Tienes más razón que un santo, la verdad, hace ya veinte años de todo aquello y todos, por suerte, somos un poco más maduros y menos infelices... o al menos así lo espero. Al final la vida nos enseña a ser más tolerantes (salvo con la maldad o la estupidez maligna) y a disfrutar de todo aquello que nos hace sentirnos un poco más vivos. La vida es egoísta, como un niño consentido. Pero así vamos aprendiendo. Por otra parte, también es divertido discutir, sobre todo si es con balas de foguero. Un abrazo, J12

Juan Manuel Macias
Juan Manuel Macias dice:
30/11/2009 17:34

Los desencuentros estéticos siempre son saludables. Y necesarios: siempre es bueno hablar de algo, aunque sea de poesía. Pero como una vez dijo nuestro amigo Sergio Gaspar, el único enemigo de la poesía es la mala poesía. A mi me gusta Mesanza y Gamoneda, Rosalía de Castro y Kavafis, Bécquer y Aleixandre. A veces el cuerpo le pide a uno un suave aromático con sabor a cerezas, otras un honesto virginia inglés que sepa a heno y otras (a ser posible de noche) un latakiado furibundo con todo su sabor a oficina siniestra y depravación de sacristía. Nada de prejuicios, estoy contigo, aunque me temo que no concidiremos en lo del latakia ;-) Buena entrada, José Luis. Un abrazo.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
30/11/2009 18:32

Hola, Jordi. Pues sí, que no dejemos nunca de aprender. Un abrazo.
Juan Manuel, de acuerdo en todo, incluso en la latakia, pero muy de vez en cuando. Donde esté la vainilla... Un abrazo.

Santiago Bertault
Santiago Bertault dice:
30/11/2009 18:59

Yo con 20 era un gilipollas. Ahora con 32 solo soy un gili. Creo que voy progresando. Con 40 igual llego a tonto de laba feliz ¿quién sabe?
Un abrazo

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
30/11/2009 22:42

Un amigo que creo que tú también conoces viene a decir que con veinte años somos "jóvenes y estúpidos". Yo no estoy demasiado de acuerdo en lo de estúpidos, pero aun menos en lo de jóvenes. Yo ahora soy más joven que hace veinte años. ¿Y tú? Yo creo que también. ¿Qué hacemos con este amigo?

Ra
Ra dice:
30/11/2009 23:02

Ahoj,
"...las nieves del tiempo platearon..."
Besinos, Ra.
Pd. Dentro de 40 años otro poco de tristura

Eva G.Honrado
Eva G.Honrado dice:
01/12/2009 00:04

Tarde de otoño, consultando el catálogo de la biblioteca , mis ojos saltaron ante un nombre familiar. Buscando tu obra encuentro el blog. Flash de imágenes, frases, canciones..... 20 años. Un beso desde Asturies.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
01/12/2009 00:26

Ra: De eso nada. Alegría alegría, como diría Caetano Veloso. Num sol de quase dezembro...
Santi: Si es un tonto feliz es un tonto muy listo.
Rafa: Quererlo. Y sí: somos más jóvenes ahora. ¿Cuándo vienes por aquí? Te ze esha de meno.
Eva: Un beso grande.

Sir Charles
Sir Charles dice:
04/12/2009 12:01

Nunca se es mas joven que a los 20 años. Todo lo demás son onanismos necesarios para un solaz pasajero, para ese cuarto de hora sobrante y sin tarea. Si, se tienen tantas certezas que el tiempo deshará entre los dedos, pero la tersura del cutis frente al espejo borra todas las miserias, y el cuerpo aun respeta los excesos y no te los hace pagar. Y los llantos de amor duran como mucho un amanecer y el sol sigue brillando y la musica sonando.
Nunca se es mas joven que a los 20, cuando uno se cree hombre y lo es, luego viene la decadencia.
Y sobre todo a los 20, uno aun está a tiempo de morirse dejando un cadaver presentable. 20 años despues. mas vale tener el ataud cerrado, ya no hay mucho que ver.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
04/12/2009 15:57

Gracias por tu comentario, Sir Charles pero no puedo estar más en desacuerdo. Radical desacuerdo. Al menos hablo por mí. A los veinte años no se tiene un cutis terso sino la palidez de la reciente adolescencia y sus marcas de espinillas. Los feos mejoramos con la edad. ¿Decadencia después de los veinte? Yo sé más, soy más listo, escribo mejor, he leído en este intervalo lo que no se sabe, follo cien veces mejor, tengo más morro y si me apetece correrme una juerga me lo corro y no pasa nada (otra cosa es que me corriera tres días seguidos de juerga, pero es que tampco me apetece: ya sé lo que hay, ya lo he visto, ya he tenido tiempo de cansarme de todo eso).
No hay cadáver bonito a ninguna edad: todos huelen pasados dos días. Y, a excepción de Rimbaud, el que se muere a los veinte no ha dejado hecho nada que merezca la pena. Sólo hay algo peor que los veinte: los quince.
Afortunadamente, después de los veinte, como decía en el post, vienen los treinta y los cuarenta. Y luego ya se verá. ¿Cuántos años tienes, Sir Charles? Si estás más cerca de los veinte hablas de lo que no sabes. Si más cerca de los cuarenta, algo te has perdido por el camino.
Saludos cordiales.

RA
RA dice:
04/12/2009 18:23

Ahoj,
para mi tienes toda la razón Pepe,
los feos ganais mucho con los años.
Besinos, Ra

Sir Charles
Sir Charles dice:
05/12/2009 10:49

Si, bueno, todo lo que se aprende en el camino y bla bla bla...pero la realidad es que nunca volverás a tener 20 años y toda toda una larga vida -a los 20 uno llega a creer que infinita e inmortal- por delante. Y uno se toma todo con relatividad, se pueden perder empleos, abandonar estudios y emprender otros, hay tiempo suficiente para reparar los errores. A los 50 las averias se han vuelto cronicas y los errores se han enquistado.
Yo ya tengo 50 y te aseguro que cambiaria todo lo que se por volver a tener la misma inexperiencia, la misma curiosidad, el mismo ímpetu de los 20.
Claro que se adquieren cosas por el camino -solo faltaría- pero la lozanía y la juventud son impagables, incluso aunque fueras un adolescente tardío con la timidez, el tartamudeo, las espinillas y las dudas mas crueles.
Y claro que me habré perdido algo por el camino, como tu y como todos, de eso se trata. Recuerda el poema de Gil de Biedma "no volveré a ser joven".

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
06/12/2009 19:51

Seguimos en desacuerdo pero respeto tu punto de vista. Yo tengo 42 y te aseguro que no cambiaría nada por volver a los 20, esa edad del desconcierto, del desempleo, del ansia, de la torpeza, de las ideas confusas, de los errores que se siguen pagando los veinte años siguientes...
Lozanía... He visto a veinteañeros quedarse muy poco lozanos, puedes creer lo que te digo, mientras los maduros "triunfábamos", en el sentido bradominesco (marqués de Bradomín). Nuestra sociedad sacraliza la juventud y los demás también la sactralizamos (oh, yo era puro y vigoroso y terso e idealista). Cuánta impostura. Lo que éramos es desdichados, inseguros, desorientados.
Pero cada cual ve la feria como le va en ella. Repito que respeto tu punto de vista. Yo tengo otro. Y a lo mejor a los 50 pienso distinto. Intentaré conformarme con los 50, que no es lo mismo que ser conformista.
Un saludos cordial.