Resumen de noticias de una gran trascendencia
Nos hemos despedido de esta isla yendo a comer a X, un restaurante en Portugal al que hace años que vamos (es mi lugar secreto, así que no daré datos). Está a tiro de piedra de nuestra casa (vivimos muy cerca de la "frontera") y consta de una terraza situada justo encima de una pequeña cala casi virgen (sólo bajamos los clientes del restaurante y la gente que llega en lancha). Entre plato y plato puedes bajar a bañarte por una escalerita y luego volver y seguir comiendo. Mientras comes estás viendo Isla Canela y Ayamonte, casi al alcance de la mano, y el mar azul. Los camareros son cien por cien portugueses, es decir: amabilísimos, educadísimos, infinitamente cordiales. Con el tiempo he logrado hablar con ellos en portugués (están tan acostumbrados a tener que hablar en español con los españoles que cuesta trabajo convencerles de que existe un español que realmente se ha molestado en saber portugués). Este lugar de lujo, donde se come fantásticamente al pie de una playa solitaria, con una vista paradisíaca y sin agobios de gente, cuesta para tres personas (no privándose de nada y con buen vino) unos 30 euros en total para los tres. Y si me dicen que Bill Gates disfruta más en Maxim's me parto de risa. De donde se demuestra que la felicidad no es cara: sólo hay que saber buscarla. Cuesta más comer el menú del día en un inmundo figón.
En cuanto a Lana, poco que añadir. Realmente me cuesta trabajo hablar del tema porque llevo dos semanas dándole tantas vueltas que ya es obsesivo. Ya sé que no está por esta zona. Sólo puede haber muerto o haber sido adoptada. Y si es así, el tiempo dirá si aparece o no. Y no quiero hablar más de esto.
Tengo ansia de estar en Asturies y ver a la gente que quiero. Sólo echaré de menos lo que más me gusta de aquí: el calor y el sol. Adoro el calor. Odio el frío y la lluvia con toda mi alma. Confío en tener ahí arriba tiempo de agosto. Pero echaré de menos otra cosa. Por primera vez en años me voy a tomar dos semanas sin escribir artículos, sin traducir, sin leer por encargo... ¡No voy a trabajar en absoluto! Creo que tendré mono y lo llevaré malamente. Mi estado natural es mi trabajo. "No es trabajo...". "Ya lo sé...". (bonito monito amedio para quien averigí¼e de quién es la paráfrasis).
Hasta muy pronto, mes amis, disculpad las nimiedades que me gusta contaros e intentemos ser felices (soy partidario).
Para tu tranquilidad, ahora mismo hace aquí (Xixón) un calor indecible. Ni una nube a la vista.
Nos vemos pues. Un abrazo.