Quince
De la última patera llegada a Almería murieron quince. Algunos eran niños de entre uno y cuatro años. Los demás los iban tirando al mar a medida que morían. Ahora el problema son los supervivientes. Repatriarlos, sí, pero ¿a dónde? ¿O los dejamos quedarse? ¿O firmamos un acuerdo con algún país? ¿No son ya demasiados?
Sólo es otra noticia de naufragio de pateras.
No culpo a nadie, no estoy aquí para echar otro sermón, pero resulta que nos preocupan más los que llegan que los que se quedaron por el camino, los que iban cayendo por la borda. Hemos llegado al grado cero del sentimiento y de la emoción. Los muertos ya no nos importan nada. Total, no éramos nosotros...
Preocupan los vivos porque es un problema político, los muertos ya no pueden "molestar".
Particularmente sangrante son los muertos del terrorismo que se usan para la propaganda electoral. A los 15 días ya nadie se acuerda de las familias.
Cada uno de nosotros/as vive en su mundo y mientras no se lo jodan todo va bien.
Me hace gracia la gente que se apena cuando mueren los famosos, gente que en su inmensa mayoría dispusieron de dinero, fama y una vida cómoda.
Y bueno claro, luego te llaman animal cuando dices que te alegras de que haya muerto el Papa.
Aunque visto lo visto, el nuevo Papa mete mieu!
Reivindico el deber de que cuando estemos tristes, nos acordemos de los muertos anónimos, quizás de esa manera podríamos ser menos egoístas y mezquinos.
Un saludo