Otro diario de Islantilla
-Casi temo preguntarte si has leído a Twain o a Melville.
-Bueno -le contesta el joven disculpándose-. Ya sabes que nosotros sólo nos hemos educado con las pelis.
-Entiendo -contesta Duvall-. Has tenido mala suerte.
Y tanto que la ha tenido. No porque se educara "con las pelis" sino porque sólo se educara con las pelis. Y no con el cine: "con las pelis".
Imagino que se refiere a pelis como esta porque luego la cagan gravemente al presentar a Duvall leyéndole al herido Mobby Dick. Si habéis leído esta obra maestra -densa, turbia, inabarcable- ya sabéis que no es algo para leerle en cinco minutos ni a un astronauta herido ni a nadie.
Fin de la digresión.
No está la economía para viajes, así que nos hemos quedado en casa. De todos modos, la gente paga cifras astronómicas por venir a Isla unos días, conque bien podemos decir que nos hemos ido de puente a la playa. El invierno ya ha entrado pero no ha llovido y tampoco han faltado días de sol.
Algunas lecturas. En mares helados, de Wilkie Collins, una mezcla de novela de aventuras y folletín romántico, con un punto de suspense (excelente prólogo de Jorge Ordaz). Algo de poesía (Anne Sexton) y algo de lectura "laboral": Jack London.
Ayer vinieron a comer a casa Agustín Calvo Galán y su marido José Antonio. Hace algunas semanas Eva se decidió por fin a enviar su colaboración para Las Afinidades Electivas y empezó a escribirse con Agustín. Resulta que en estas fechas venían a Moguer, así que organizamos un encuentro. Agustín y José Antonio viven en una masía del siglo XVII, cerca de Barcelona, y se dedican a cultivar manzanos y criar caracoles, entre otras cosas, hechos un par de payeses. Nos bebimos una botella de un cava excelente y Agustín nos regaló un poema visual. Una larga y grata sobremesa hablando de todo y una amistad que tendrá continuación.
Hoy hemos comido migas extremeñas con los amigos de Islantilla. Los que vivimos en la playa el año entero somos muy pocos y solemos encontrarnos en tres o cuatro bares y organizamos a menudo comidas improvisadas. Una pequeña sociedad de resistentes que -lo admito- miramos por encima del hombro a los turistas invasores, que vienen las fiestas y los puentes a quitarnos la playa sólo nuestra. Es lo malo de no tener presupuesto para habernos ido estos días a lugares inhóspitos, como aquellos de los que proceden los turistas. Bienvenidos, niños, pasadlo bien, pero marchaos pronto.
Así que amigos, conversación, lecturas y películas. Nos hemos educado mejor que muchos astronautas.
Te envidio varias cosas y así no se puede dejar un comentario en condiciones: te envidio el mar porque vivo tierra adentro, te envidio esas migas extremeñas porque estoy a régimen, y te envidio la compañía de Agustín porque siempre me dice que va a venir a Zaragoza y luego no viene;-)
Pero me he leído esos dos libros, mira, algo es algo; Las aventuras de Huckleberry Finn fue uno de mis primeros libros, me lo regaló mi padre en una edición de aquellas antiguas del Círculo de Lectores... supongo que por eso estoy tan bien educada. Aunque también he visto (e incluso me han contado) unas cuantas películas.
Me gusta tu diario.
Saludos.