Nana
Las cosas cambian y la pena se mitiga, aunque el recuerdo permanezca. Hay otros amores. Quiero presentaros a Nana. El parecido del nombre no es intencionado: la hemos traído de un hogar de acogida para animales y así se llamaba. No sé si se lo cambiaremos o aceptaremos esa especie de continuidad fonética que a veces nos hace confundirnos, sintiéndonos culpables, cuando no hay necesidad. Nana tiene un año y medio; nació por las mismas fechas, más o menos, en que perdíamos a Lana. Simbólicamente, estas cosas tienen su importancia. Lleva tan solo dos días con nosotros y ya se ha hecho dueña de la casa... y de nosotros.
No voy a compararla con Lana. Cada una es cada una, con su propia personalidad. Pero sí se parecen en algo: es tan coscona y cariñosa como ella, un auténtico perrigato con pelaje de vaquita, antifaz negro, ojos verdes y hocico rosa. Ha venido para quedarse.
Creo que el collar le sobra...
Que nunca falte la ternura. Sé muy bien de lo que hablas en cuanto a la pérdida de animales.
Bss en este día de promesas.