¿Cuáles son los personajes más conmovedores de la literatura? Cuando digo conmovedores me refiero a aquellos que nos han emocionado, que nos han convulsionado, que nos han hecho llorar y pensar, por medio de los cuales la literatura se ha hecho carne en nosotros. Aquellos cuyas palabras citamos (en el tácito acuerdo de que son suyas, no del autor), cuyo ejemplo seguimos o procuramos evitar, en los que vemos el acabado ejemplo del ser humano imperfecto pero cercano, tan parecido a nosotros. Pienso, más que nada, en personajes positivos, con los que pudiéramos identificarnos, que tenemos la convicción de haber conocido o el deseo de haberlo hecho, porque son reales, nítidos, quizá más reales (y más queribles) que muchas personas anodinas que hemos sufrido conocer en la realidad.
Bien, ¿qué personaje de la literatura os ha conmovido?
Empiezo yo. Estoy pensando en la novela de Melville Bartleby el escribiente. Y, por supuesto, la primera opción es el propio Bartleby, decoroso, pálido, infinitamente inocente y solo. Pero es casi demasiado obvio. El primero que yo propongo es el narrador de Bartleby el escribiente, la voz que cuenta la historia, ese abogado burgués lleno de reticencias e inmensamente compasivo, inmensamente generoso; uno de los personajes más íntegros, literariamente hablando, que me haya sido dado conocer, y, sobre todo, uno de los personajes más queribles, amables, conmovedores, que haya dado la literatura.
Qué complicada y bonita pregunta haces, me he quedado pensando un rato tras leerte y sólo he acertado a saber que me he identificado con tantos que imposible mi memoria abarque, pero que sí, es verdad, siempre alguno, por acá o por allá terminan por "fallarme" y entonces la identificación ya no es completa, mas que identificación real, esa identificación sobre cómo una quisiera ser (en un concepto ideal y casi inconsciente,claro), con un: "no, eso no lo haría yo", o un "eso no me gustaría hacerlo yo".
Por responderte, cojo lo más reciente, de hace escasos meses: Caín, de la novela del mismo nombre de Saramago, tanta nobleza y tanto arrojo hasta cantarle las cuarenta al mismo dios, y tanta humanidad por otro lado...sí, "por otro lado".
Un beso y feliz 2012, José Luis.