La noche gore del Planeta
Aunque literariamente no me interesa nada el premio Planeta, esta vez me he quedado a presenciar el fallo porque, lo reconozco, la cosa tenía mucho morbo. Ver juntos al president Mas tras su deriva soberanista, al ministro Wert tras decir que quería españolizar a los alumnos catalanes y al presidente de Planeta tras declarar que su empresa abandonaría Cataluña si hubiera independencia era algo que no quería perderme. Y ha sido muy divertido verlos confraternizar y estrechar la mano del ganador, sobre todo por lo que vino después.
Menuda ha armado Lorenzo Silva (escritor al que aprecio por motivos largos de contar). No sólo ha alertado, mientras aparentemente hablaba de su novela, La marca del meridiano, de los peligros de ciertos comportamientos "peligrosos" (lo que era fácilmente extrapolable a la cuestión catalana) sino que, cuando empezó a hablar en catalán, hizo votos para que a Barcelona y Madrid sólo les separase, en alusión al título del libro, el meridiano de Grenwich, que es una línea divisoria simbólica, no real. Menos mal que Mas y el resto de las autoridades ya se habían retirado del escenario, porque el careto exultante del ministro y la lividez del president hubieran sido un espectáculo demasiado gore. Me temo que a Lorenzo Silva se lo querrán comer vivo los nacionalistas catalanes, cómo no. Lo que les gustan los bocados jugosos y salir de caza. (En eso no se diferencian de los nacionalistas españoles o de cualquier otro nacionalista).
En fin, qué morboso es uno... Mentiría si dijese que no he disfrutado.
No sabía lo que había dicho el presidente de Planeta. En su actitud, está la prueba clara de lo catalana que es la cultura que se hace en español en Cataluña.
Un abrazo.
Josep Carles