Fe de vida
¡Estoy vivo! Esa fue mi exclamación hace unos años, cuando me bajé de un taxi que me había llevado por las calles de Lisboa a 100 por hora, derrapando y atajando las curvas. "Por muitos anhos", respondió el taxista, que debía ser un cachondo.
Pues sí, estoy vivo, aunque lleve un mes sin escribir aquí, como me recuerda mi Rakel. Qué queréis: mucho trabajo, algunos viajes (Sevilla, Córdoba...), el Facebook, que está matando los blogs... Pero me resisto a matar este, aunque sólo lo lean cuatro amigos. Si bien no tengo mucho que contar.
Salió mi antología. Me apresuro a advertir que no tengo ejemplares porque me los han quitado de las manos la familia y los amigos de esta Isla. Sin embargo se puede adquirir en librerías (y en formato para e-book) al increíble precio que aparece en pantalla. Acabaré comprando más ejemplares yo mismo, pero para eso tengo que ahorrar. Sigo siendo muy pobre.
Dentro de un mes la presentaré en Sevilla y en Huelva. Ya os avisaré.
Traduzco a Dalton Trumbo, leo a Martin Amis, me lleno la cabeza de futuros poemas. Y disfruto del verano en octubre. Acabamos de subir de la playa. Fuimos a ver la puesta de sol. El agua estaba estupenda pero no quise bañarme para no incordiar a los mariscadores que cogían coquinas. Mañana me bañaré en pelota. Aquí sólo estamos los nativos y unos pocos holandeses. No creo que coincidamos en una playa tan grande.
Y de política no quiero decir nada. Hace mucho calor esta noche para quemarse más. Farewell!
Hace algún tiempo (probablemente años) escuché un chiste (o algo que pretendía serlo) que decía algo así...Dios no existe, no tiene facebook.
Soy (de momento) como ese Dios, que no existe. No mates este blog...siguen existiendo los ateos.
Doy fe.