Escritores y aún así amigos
Estos días ha estado en nuestra casa de Uviéu un gran amigo mío de Sevilla: el poeta Rafael Suárez, que publicará su primer libro este otoño. Naturalmente, hemos andado de acá para allá y apenas he tenido tiempo ni de trabajar ni de escribir en este blog, que no toma vacaciones.
Ayer fue un día consagrado a la amistad. Comimos juntos en Xixón varios amigos que tenemos todo en común: además de Rafa y yo mismo, estaban Miguel Rojo, José Luis Argí¼elles, Miguel Barrero, Xandru Fernández, Miguel Cane, Silvia Cossío y Julia Vicente. Nos faltó Eva Vaz, que no se encontraba bien pero estuvo en espíritu. Todos ellos buenos escritores que no necesitan recurrir a efectismos y componendas para decir cosas importantes sobre la vida. Lo más lejos que se pueda imaginar de la farándula estúpida y ñoña y vacía de tanta literatura reinante.
José Luis Argí¼elles ejerció, con su elegancia distante y su benévolo ascendiente sobre todos, el papel de factotum y aglutinador de voluntades y encuentros. Queda pendiente colgar en este blog uno de sus últimos poemas. Barrero y yo nos entendemos siempre, hablemos de lo que hablemos, y cada vez más cómplices y más cercanos y más amigos. De Miguel Rojo, mi Mime, no tengo que decir nada porque nos queremos tanto que sobran las palabras, y no me falla nunca y somos hermanos. A Miguel Cane sólo le conocía por email y hemos conectado: afectado e interesante, inteligentísimo, culto, profundo y frívolo, ya le quiero. Con Silvia y Julia me entiendo siempre, porque son inteligentes y divertidas y me gustan para una amistad más amplia, que todo llegará. Y Xandru es uno de mis escritores asturianos favoritos y un hombre que aprecio y respeto por su cordialidad, su talento, sus ideas y su obra. Ayer fructificó un proyecto en el que me enorgullece participar: la edición en castellano de su poesía, de lo que habrá ocasión de hablar.
En fin, ¿se puede pedir más? Pues sí. Esa tarde gijonesa nos encontramos con my brother Xabel Vegas, con el que quizá concrete Eva un proyecto conjunto de Spoken Word. Y con el periodista de Astorga Ángel García, con el que vamos creando una amistad.
Fue una tarde para dejarse ir inconscientemente, rodeados de la gente que queremos. El día anterior llevé a Rafa a Oliver. Hacía casi cuatro años que yo no iba y fue un placer recuperar esa vieja costumbre, con el inmenso y viboresco García Martín, mi padre literario y mucho más; Javier Almuzara, tan deslumbrante y decidor como siempre; José Havel, cálido y leal; Vicente García, entrañable y con proyectos; Carlos Iglesias, a quien empiezo a leer ahora con gusto; José Ángel Gayol, esquivo, y mucha más gente que no nombro pero no ignoro.
En fin, que soy feliz. Esta mañana he estado con Sofía Castañón, que siempre es encantadora, y tengo la impresión de que sólo veo a buenos amigos y gente que me gusta. El otro día comí con Ignacio del Valle y Javier Lasheras y me dí un largo paseo con Xuan Bello... Perdonadme que no vea más que a todos los que quiero ver y esté contento de volver a disfrutar con todos.
Con los años cada vez estoy más seguro de querer mantener a distancia a la gente dañina y cutre, y cada vez más cerca a la gente que me gusta y me hace bien. Hoy se ha ido Rafa pero espero que se lleve tan buenos recuerdos de su visita como me han quedado a mí. También se pondrá aquí en su momento algún poema de Rafael Suárez.
Otro día me podrá el mal humor, y las injusticias y las vanidades y las mezquindades y los atropellos y la mala baba. ¡Qué trabajosa es la maledicencia! Pero hoy no. Hoy sólo un brindis pour le bonheur.
Un abrazo, JLP y a tus amigos que son mis amigos, y a los que no conozco personalmente, también.