Escribiendo
Después de 3 o 4 meses, de nuevo la escritura. Si no me engaño, mi último poema es de abril. Otra vez estos días la ansiedad, el encierro en el borrador, la dificultad para volver al mundo cuando dejo el bolígrafo. Pero he dicho "al mundo", no "al mundo real", supongo que se ha notado. Debería haber dicho "a la parte del mundo que no es la del poema". Porque los poemas que me interesa leer y los que me interesa escribir hablan de una parte, más o menos significativa, de la vida real. Acaso esto es un pleonasmo: no conozco ningún buen poema que no hable de la vida real (vida real: otra redundancia).
En fin, que me voy poniendo estupendo y no hace falta. Estoy escribiendo y esto sólo sucede unas pocas veces al año y siempre con contrapartidas: zozobra, excitabilidad, ansiedad, ensimismamiento...
Leo poesía, eso forma parte del asunto. Últimamente Seifert, Sharon Olds, Allan Ginsberg, Sylvia Plath... Entre los españoles y de ahora, Manuel Vilas... Hace mil años que no releo a mis maestros de siempre: Eliot, Cavafis, Cernuda... Soy un lector disperso. Y estos días me concentro en el trabajo mercenario y luego, a cierta hora, me voy a un bar a escribir con el ruido. Dos versos en una hora de escritura me alegran el día.
Eva también está escribiendo y el resultado es una tensión ambiental que se palpa con los dedos. Respetamos el espacio de cada uno pero luego surge, obsesivamente, la discusión de lo hecho y de lo no hecho, del proceso, de lo que está pasando por las dos cabezas. Optamos por reirnos de nosotros mismos, disimulamos esas angustias de la creación que para otros tienen que ser absurdas y tontas y para nosotros la vida entera, nuestro oficio, nuestra razón de ser, nuestra identidad en el mundo.
Y de aquí saldrá algo importante para nosotros -y quizá para alguien más- o nada. Bueno, creo que no buscamos el resultado sino el proceso. No la consecuencia: la causa y las vueltas que le demos a esa causa es lo interesante. De todo esto rescataremos un poema o dos o ninguno. Siendo ambiciosos, quizá una idea indemne, o el atisbo de una idea que se sostenga. Firmo por eso.
Yo tamién firmaba. Nun perdáis l'ambición (ye lo poco que nos queda).