Diario de septiembre
Ya se han ido. Por desgracia también se fue Rakel, y la echo mucho de menos, aunque he podido retomar mi jornada laboral y la lectura (El fondo del cielo, de Rodrigo Fresán, una novela extraña, extravagante, llena de poesía, que tal vez sea genial). Luego, una tarde relajada, escribiendo mi artículo semanal. Dentro de un rato, con el fresco, bajaremos a tomar una cerveza a La Antilla.
A despecho del cambio de estación oficial, ahora es cuando estoy disfrutando del verano. Nadie diría que en vez de un Gatsby reluciente soy casi un pobre de pedir.
Ahoj,
yo también te añoro.
Besinos, Ra