Cristianos (ya viene la plaga)
El problema no es la familia. Yo creo en la familia. Para empezar, creo en la mía. Lo que ocurre es que he conocido familias distintas a la mía que me parecen igualmente positivas, estimulantes, dispensadoras de amor y buenos principios, y que están formadas sólo por hombres o sólo por mujeres. E incluso por hombres y mujeres solos que tienen niños. Y si una pareja no tiene niños, también es una familia. Porque ¿eso de la familia qué es? Ahí está la mafia, que es una gran familia.
Lo que me molesta de la plaga cristiana no es su existencia. Igualmente puedo tolerar a gente que cree en los ovnis o en el horóscopo, cosas que tienen los mismos visos de realidad que la existencia de Jesucristo, involuntario fundador de la mayor máquina de matar de nuestra historia, con permiso de Stalin y Hitler. Lo que me molesta es su afán por tener razón y por decirnos a los demás qué es lo bueno y qué es lo malo, cuando ya hemos sufrido de sobra sus enseñanzas como para que sigan intentando metérnosla doblada. A mí me parece muy bien que un tipo observe los santos sacramentos, crea en cosas que nunca ha visto, vaya virgen al matrimonio, se case con su gazmoña esposa, se reproduzcan innumerablemente y lleven a sus quince shurumbele al catecismo. Ni siquiera me asquea que tomen Madrid para celebrar sus karaokes. Lo que me repele es pensar que esa gente son los herederos de quienes han perseguido durante siglos a los que son (somos) diferentes y que aún pretendan seguir haciéndolo. Por su gusto, la homosexualidad, por poner un ejemplo, seguiría estando catalogada como desorden psíquico, aberración, delito, etc.
Hoy, al verlos con sus guitarritas y sus canciones ñoñas y sus creencias en espíritus, me sentí culpable de despreciarlos tanto como ellos desprecian todo lo que yo represento, todo lo que a mí me parece noble y hermoso. En el fondo, no somos muy distintos. Yo también trato de afirmarme sobre unos pocos mitos salvíficos, yo también debo de estar equivocado.
Pero me gusta pensar que...
El final de este post es buenísimo. Plas, plas, plas.
Eso sí, me gustaría puntualizar algo. La existencia de Jesucristo no creo que ofrezca dudas. Es, con toda probabilidad, el personaje más y mejor documentado de la historia antigua. Otra cosa es que su figura haya sido manipulada, tergiversada y utilizada para todo tipo de barbaridades desde hace tantos siglos. No digo -porque no lo creo- que Jesucristo sea quien dicen los cristianos que es. Pero existir, existió.
Aunque la verdad es que yo no estaba allí...