Con Baltasar Garzón
Persiguió y humilló a Pinochet, destapó el GAL, acorraló a ETA. Es el azote de los políticos corruptos y un enemigo de los genocidas de cualquier nacionalidad (Chile, Argentina, España). Ha criticado Guantánamo y la guerra de Iraq pero ordenado la detención de terroristas de Al-Quaeda, incluído Bin Laden. Se ha atrevido con Silvio Berlusconi y con los grandes bancos. ¿A quién puede extrañar que pretendan desactivarlo?En este mundo imperfectamente posmoderno (en el que no quedan héroes pero sí villanos), Baltasar Garzón es lo más parecido a un héroe.





Lleva, desde luego, todo el camino de acabar como acaban los héroes. Y nos lo argumentarán, ya verás. Que si ganas de llamar la atención, que si este trámite, que si aquel matiz.