Chalados
Días ociosos. Leo, veo películas y documentales en Youtube. Me leo la prensa de pe a pa: El País, El Mundo, El ABC, La sinRazón y La VanRetaguardia. Y, claro, tanto empacho de periódicos y malas noticias me produce úlcera.
Por ejemplo, leer la semblanza de este individuo, Alejandro Cao de Benós, una especie de embajador español de Corea del Norte, un personaje grotesco que ya conocía bien pero que nunca pasa de moda. Lo que me llama la atención en este su enésimo retrato es su orgullosa declaración de que él mismo, en el ejercicio de las atribuciones que le ha dado ese gobierno de psicópatas, ha enviado a un par de personas a los campos de "reeducación moral e ideológica". Queda a la imaginación del lector (y a los informes de Amnistía Internacional, la ONU y las declaraciones de innumerables testigos) lo que son esos campos. Este sujeto da más miedo que George Bush y José María Aznar juntos, que ya es decir. Tal vez mereciera ser reeducado del mismo modo, como en esas películas fantásticas en las que un nazi acaba convertido en judío e internado en un lager. El artículo, aquí: http://elpais.com/elpais/2012/11/02/gente/1351886229_381383.html
Luego no puede uno tener la cena tranquila sino que hay que oir a Artur Mas mintiendo con total deliberación y a sabiendas. Si detesto las innumerables mentiras de Rajoy, lo mismo me ocurre cada vez que este otro individuo despliega sus trucos de magia y sus embustes. Y qué bien oculta sus recortes y sus trapacerías tras la cortina de humo del soberanismo. Es un político profesional, muy bueno en su campo. Se las sabe todas, en el peor sentido. Pobres catalanes, a los que les deseo la independencia -si deciden quererla- pero no les deseo políticos así.
Y por no hablar de las chicas muertas en la macrofiesta de Madrid y las masacres en Siria... Hoy tengo síndrome Mafalda, que es un síndrome que tengo de vez en cuando: todos los días del año.
No me sientan bien las vacaciones obligatorias. Demasiado tiempo libre. Creo que debo limitarme a seguir el avance de la campaña presidencial en EEUU. Pero si el martes gana Mitt Romney entonces ya directamente dejaré de quejarme y me quemaré a lo bonzo.
Hombre, no, no te quemes a lo bonzo. Tienes que quedarte por aquí, y ya no sólo por tus literaturas, amores y amistades (que ya serían razones más que de peso), sino porque, justamente cuando las cosas vienen mal dadas, es más imprescindible que nunca que haya voces disidentes, gente que diga que no es esto, de ninguna manera. Así que que no me entere yo; que, como decía el otro, como te mueras, te mato.