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A tribute

Allá lejos, en México, ha muerto, demasiado joven, Armando Valdés. El nombre no os dirá nada pero a m¡ me dice mucho y eso s¡ podréis comprenderlo. Él me contaba cosas de la Revolución cuando yo le preguntaba de pequeño por Carranza y por Zapata. Y eso que la cosa le quedaba muy lejos, tanto como a m¡ mismo. Aparec¡a, todos los años, con un amigo distinto o una novia distinta. Le rodeaba un exotismo que el aire de familia no lograba disipar y hablaba poco. Pero siempre volv¡a. Era una costumbre de calor que se prolongaba de año en año. Dicen que nos parec¡amos f¡sicamente, que ambos ten¡amos un "estilo Valdés". Y ahora que ha muerto, y a pesar de la lejan¡a y de que las costumbres se iban difuminando, encuentro que lo siento, que me duele y que le echaré de menos. Y no seré el único, y esto es lo que me duele más. Soy también portavoz del dolor de los otros, de los m¡os.


Se queda, intacto en la memoria, para siempre.

archivado en:
PACO HUELVA CALA
PACO HUELVA CALA dice:
10/11/2007 04:11

Si está ahí, en el lugar en que dices, está vivo.
SALUDOS

Alias Cane
Alias Cane dice:
10/11/2007 15:47

Lo sentimos mucho.

alfonso rodriguez
alfonso rodriguez dice:
13/11/2007 16:11

Un fuerte abrazo a toda la familia de Asturias y México.

Yo no tuve la suerte de conocer a Armando, pero mi padre me habla mucho de la familia de México. Un día cuando era muy pequeño mi padre, Leoncio Rodríguez Valdés, me llevo a conocer a unos tíos míos de México Pedro y Zoila. Fue un fugaz encuentro en el Hotel Ritz de Barcelona pero a pesar de mis cortos cinco años recuerdo perfectamente a aquellas dos personas con aspecto entrañable. Se mostraron muy cariñosos y El tío Pedro me regalo 1000pts de entonces yo nunca había tenido tantísimo dinero, fue como si hubieran llegado los reyes. Quizás, no ocultare el carácter interesado que esto demuestra, pero este detalle fue para mi como la llegada de los reyes y el que hizo interesarme por la historia de Pedro y mi familia de México. Desde entonces hasta hoy he seguido de cerca las evoluciones de mi familia mexicana y siempre que he ido a Asturias e sabido de Armando pero nunca he coincidido con el, de hecho este agosto estuve con mi familia pasando unos días en Veguin concretamente en casa de la tía Cuca donde días antes estuvo Armando y ahora me cuentan que a fallecido días después de la tía Zoila. Aunque estamos muy lejos creerme si os digo que puedo imaginar el dolor que sufrís y por eso lo siento.
El dolor poco a poco se pasa, gracias a Dios, y pensar eso es siempre un consuelo, pero el recuerdo siempre queda y eso es lo más parecido a la inmortalidad que tenemos.
Besos y un fuerte abrazo.

Alfonso Rodríguez Viñuela Valdés y familia.

evavaz
evavaz dice:
13/11/2007 16:18

Sé de su exotismo porque me lo habéis contado. Y sé que era una buena persona porque se intuia cada vez que se le nombraba. Junto a su exotismo se sabía algo que no se mencionaba porque a la evidencia no es necesario ponerle nombre: que lo queríais. Siento mucho su pérdida. El no poder conocerlo y, sobre todo, el no poder secaros alguna lágrima que sé que ha caído en esa casa en la que no es cierto que nunca se dijo "Te quiero".

Jose Huerta Alvarez Valdes Palacio
Jose Huerta Alvarez Valdes Palacio dice:
05/03/2011 18:22

Acabo de llegar del tanatorio de Barcelona donde hemos dicho adiós a nuestro querido Leoncio Rodríguez Valdés. He buscado una página de su hijo Alfonso y hallo estos mensajes que me retraen a mi infancia en el tiempo que viví en Tudela-Veguín, donde yo nací, y donde oí hablar de cuantos Valdés emigraron a tierras americanas (el último, mi tio Tino, asesinado en Venezuela). Leoncio, persona BUENA, MUY BUENA, siempre mantuvo el arraigo a su tierra y un amor intenso hacia los suyos, yo le tenía como un símbolo en mi juventud y esperaba su llegada a Godall (donde entonces vivíamos) para contagiarme de su vitalidad exhuberante. Ahora, reunido con su querida Leo, sabe cuánto les añoramos y lamentamos no haber agotado mejor los momentos compartidos. Ojalá seamos capaces de hacerlo, a partir de ahora, los que aquí quedamos.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
05/03/2011 22:59

José, ya sé quién eres, primo de Sarita y primo segundo de mi madre. Yo también he sentido la muerte de Leoncio. No hace tanto que comimos con él en casa de mis padres. Te envío un abrazo y otro para Alfonso y toda la familia.

Fini y Jose LuisPiquero
Fini y Jose LuisPiquero dice:
05/03/2011 23:10

D. José Huerta o, como siempre, Pepín. Quizá recuerdes más a Fini que a mi, y por ella, de Asturias, de Veguín, de Entrepeñas y La Presa. Estamos juntos por el dolor de la pérdida de nuestro primo Leoncio y, en la parte que nos toca, te agradecemos tus elogios bien merecidos por cierto. Localizamos tu comentario en la página web de nuestro hijo Jose, que vive en Huelva. ¿Cómo fue el localizarlo tu? ¿Por Alfonso?Un abrazo muy fuerte.

Jose (Pepin) Huerta Alvarez
Jose (Pepin) Huerta Alvarez dice:
06/03/2011 15:36

Ya nos dijeron nuestras hijas (las tres) que aunque yo era muy reacio a tener este chisme (ordenador), al regalárnoslo advirtieron a mi mujer (Rosa Maria) que me crearía adicción. Algo hay aunque no tanto pero, os aseguro, que tan solo por haber podido contactar con vosotros, a pesar del hecho lucutuoso que lo provoca, hoy mismo que comemos todos juntos les voy a dar, de corazón, las gracias. Y si, José Luis, afortunado esposo de Fini, os recuerdo con especial cariño y, me imagino sabreis que, por una bendita coincidencia, el año pasado cenamos con Marisa y su marido en Gijón, donde pasamos unos dias en casa de Covadonga. Y voy a presumir de algo que concierne a todos los descendientes de nuestra bisabuela, Maria la del cura. Me parece que soy el único descendiente que nació en LA CUEVA, donde vivieron los gí¼elinos. Y no se olvidan mis añoranzas de La Presa, al lado de Manolo, la Vira, Fini, Marisa, Candidina, mis tios Belarmo, Nieves, Pedrín.. y el año que fuí a clase en Entrepeñes con una maestra que, si no me falla la memoria, venía de Olloniego en bicicleta. Y basta por hoy, queridos, han llegado nuestros cuatro nietos que, como entendereis, reclaman mi presencia. UN ABRAZO MUY FUERTE.

alfonso rodriguez
alfonso rodriguez dice:
13/06/2011 22:52

Hola familia. Solo quería agradeceros vuestras palabras y el recuerdo hacia mi padre.
Como ya sabéis era un hombre parco en palabras y poco dado a mostrar sus sentimientos, pero no os quepa ninguna duda que os llevaba a todos en el corazón, solo era necesario ver como se emocionaba cuando veía alguno de vosotros o como cambiaba su acento en el mismo momento que hablaba con alguno de sus tíos o primos de Asturias por teléfono, hecho este que despertaba las risas de sus descastados hijos. Nunca olvido ni por un momento sus raíces, esa tierra que siempre llevo dentro de su corazón, una pasión que cada vez arraigo mas hondo dentro de él y que de una formo casi involuntaria, nos traspaso a sus hijos, que a pesar de no haber vivido nunca allí la sentimos como nuestra.
Recuerdo con que cariño hablaba de sus primas o como recordaba alguna de sus correrías en Godall. Unos días antes de morir, en su casa, papá ya estaba muy mal y le costaba levantarse de la cama pero me pidió una cosa. El médico le había prohibido las comidas grasa y le había impuesto un régimen bastante estricto con la intención de evitar sufrimientos innecesarios, más que curar, pues la posibilidad de cura era estaba totalmente descartada. A pesar de eso el me pidió comer una fabada, en principio le dije que no podía ser, pues le podía sentar mal, pero su insistencia no tubo fin hasta que paso de la petición a la exigencia, al final merendé y decidí comprar una lata (perdonar pero no tenía tiempo de preparar un de verdad) nos la comimos juntos, en la mesa mano a mano, con una copita de vino. Estoy convencido de que el sabía perfectamente que esa era su ultima fabada. Hacia muchos días que papa ya no sonreía, pero me gustaría que hubierais visto la sonrisa de oreja a oreja que esbozaba sentado en su sillón después de comer y como me agradecía una y otra vez aquella fabada. Fue el ultimo día que se levanto de la cama y la última vez que le vi contento. Su ultimo momento de felicidad no podía ser otro, que ironía ¿no?.
Un abrazo muy fuerte familia, gracias a todos.
Alfonso Rodríguez