LA FORJA DEL IMPERIO - tranco séptimo

Resumen de lo publicado: el bomberazo Elías Cienfuegos, sitiado por la guardia Severita Porras, ha sufrido accidente laboral al entrar en un edificio derruido por la explosión de unas bombonas; el Dr. Hueso que le opera se ha olvidado las gafas en el campo operatorio; Dñª Magis, la maestra del hijo del trauma, está preocupada por el mocete, que tiene unas actitudes raras, y espera ver luz cuando hable con la trabajadora social. Mientras, unos tipos andan por ahí, gorras al revés, dándole al monopatín. Y la trabajadora social, Auxi de la Obra, con el informe social listo, cansada del curro, marcha a casa y comprueba que el compañero no ha llegado, de modo que se toma unas patatitas y un trago de mostaza. Entre tanto, su compañero, Cristóbal Caminero, viajante, se ha equivocado de carretera y no puede llamarla porque se ha quedado sin batería. Llegará 200 Kms. más tarde. Cuando llega a la ciudad, encuentra a Dª Magis, deambulando despistada haciendo auto-stop; descubren con la conversación quién es cada cual, él la deja en su domicilio y, entre caos circulatorio, llega al suyo y encuentra la nota de Auxi diciéndole que se ha ido a urgencias.

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El poder legalmente constituído se ilustra

-¡Hay que informar! No puede quedarse la cosa aquí. Y hay que estudiar medidas que se salgan de lo corriente porque esto es muy raro...
-Ya, ¿pero qué decimos?
-Pues la verdad, lo que está pasando.
-Pero eso será al partido, que a la prensa no se le puede decir la verdad y crear alarmismo.
-Y tienen que rodar cabezas.
-¡Del tirón!

El Comité Provincial, reunido en sesión de urgencia con los gobernantes locales y autonómicos, está ceñudo y tenso, como cuando se preparan las listas electorales. Hoy no saben cómo abordar la situación, extraña, que se les ha venido encima de forma solapada. Ni siquiera saben si la situación es de emergencia porque nunca han conocido otra igual. Y los comunicados que han evacuado no están sirviendo de nada: el caos es mayor cada minuto que pasa.

- Vale, pero repasemos otra vez los informes que nos han ido llegando:
- Bien, tenemos lo de la explosión, que al principio pareció un simple derrumbe. Los primeros informes dicen que se nota un olor tenue pero muy característico, y parece ser que la gente se marea durante unos momentos al percibirlo...
- En el local hay algún depósito parecido a los del butano, de donde parece salir el tufillo.
- Es como un gas.
- Y se extiende mucho y muy rápidamente.
- Los servicios de urgencia, en el hospital y en los centros de salud de todos los barrios, están colapsados por personas que se han mareado durante unos momentos. .
- Y las gentes se han puesto a hacer tonterías...Un momento, por favor, atiendo al teléfono...¿que ha muerto el bombero? ¿Sepsis? ¿Y eso qué es?... ¡joder, cómo me quedo! Ya. Señores, el cirujano se dejó sus gafas en una herida del bombero, y este ha muerto de una infección generalizada porque, al parecer, estaban muy sudadas, los tornillitos oxidados y con algún polvillo en los cristales.
- Pues sí que...
- Es lo que yo digo, tienen que rodar cabezas.
- ¡Del tirón!
- Sigamos con los informes. Parece que el local lo tenían alquilado unos estudiantes norteamericanos, todos blancos, muy deportivos, asiduos del MacDonald de enfrente, cubiertos habitualmente con gorras de beisbol con la visera hacia atrás ... es decir, gente poco sospechosa, ... intelectuales.
- Sí, ¿pero qué tenian en el depósito?
- Lo están analizando ahora. También se está recogiendo y clasificando todo el material, especialmente el escrito, que había en el local.
- ¿Y los gringos?
- Se les busca en estos momentos.
- ¿Qué más tenemos?
- Digno de informarse, que los casos de mareo y despiste subsiguiente se están dando incluso a 200 Km, de modo que el gas o lo que sea se expande a una velocidad notable. Y, por otra parte, algo insólito: habiéndose avisado a Protección Ciudadana, se han puesto la mar de contentos y se han ido, bailando la rumba, al campo.
- ¡Pero bueno...!
- Al parecer, un momento antes todos estaban mareados.

Que sigue, que sigue...