LA CAJA DE JUAN RAMÓN - y 5
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Y la astenia primaveral. Digo que, al estado de ansiedad que os conté el otro día, parece haberse sumado la típica astenia de estas fechas, porque ando -que ya es mucho decir- sin fuerzas y dándole vueltas al coco sobre mi estado de flaqueza y la dichosa caja de Juan Ramón. No quiero perder tiempo en buscar la posibilidad de salir de esto, de modo que lo he consultado con una médica de la familia que me ha remitido a un laboratorio privado de análisis, situado por la misma zona que el súper de mis obsesiones.
Y allá que fui con el vasito lleno de orina y el volante correspondiente para la sangre. Sentado en la sala de espera abstraído en mis cavilaciones de pronto se me aparece, él, el mismísimo Juan Ramón con la bata blanca, su incipiente calva y una sonrisa:
- ¿El señor Barbonauta?
No respondo porque me he quedado como la esposa de Lot al huir de Sodoma y mirar hacia atrás. Vuelve a sonreír y me hace un gesto, como de darme paso hacia la sala de extracciones, y una vez allí:
- ¿Le pasa algo?
- ¿Es usté ... Juan Ramón?
- Soy Juan, a secas, pero to'l mundo me dice Juanito.
- Pero, pero ... ¿el que va y viene con una caja al súper de ahí al lao?
- Síii ... ¿pero porqué pone esa cara?
Le cuento mis impresiones y se parte de risa, me dice que el poeta murió hace mucho, le explico lo de mi evolución inversa y lo admite dado mi simiesco rostro. Reflexionamos juntos sobre eso de viajar en el tiempo y, mientras me saca la sangre -mira que si resulta ser un vampiro y no el poeta-, me explica el asunto:
- verás: me gusta tomar una copilla con los amigos al mediodía, de modo que aprovecho los minutos que salgo a tirar cosas al contenedor para hacer la compra, y luego, al cerrar el laboratorio, la recojo y, al llegar a casa como una hora después, le digo a mi mujer que vengo de la compra y no de soplarme unos mostos o unas birras, je, je ...
Ahora soy yo el que ha cambiado de ser, porque, tras oírlo, soy Julia Roberts, sí, la actriz que en la peli "Todos dicen I Love You" se enamora de Woody Allen y lo deja tras comprobar que todo fue por una obsesión de ella que, una vez realizada tras la comedura de coco a que don Woody la sometió, resultó no ser para tanto. Mirad la escena a partir de una hora y 18 minutos.
Porque eso es lo que me ha pasado a mí mutatis mutandis: durante algo más de un año he leído, visto y oído en los media, en internet y hasta en el cuarto trastero que era el año Platero, que si Juan Ramón esto, que si Juan Ramón lo otro. Y así, cuando vi al tipo que se le parece, pues "decidí" que era él; claro que, ... hay una atenuante: mi evolución darwiniana inversa, que ya conocéis.
Ahora me he librado y, además, contento de haber recordado a la Platera de mi abuelo Joseíco, sobre la que tanto cabalgué con más naturalidad que el poeta, porque yo, a la Platera la ví levantar el rabo y soltar cagajones, cosa que, al parecer, Platero no hacía, o al menos no se cuenta (que yo sepa), quizá por ser un ente lírico, aunque comía hierbas, rebuznaba, trotaba por los campos, etc., etc...
Decididamente, ahora soy El Gran Simio y la ansiedad ha sucumbido.
Imágenes de la wiki
¿Y la Sra. de la risita que pasó por el bar? ¿Eh?