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Cambrils, ¿Accidente laboral, o imprudencia temeraria? ( by alargaor )

Vaya por delante mi inequívoca condena al atracador asesino, -uno de los tres-, que esta mañana disparó al cuello matando a Estela Calduch, una jóven ( de 25 años) empleada del Santander en Cambrils (Tarragona) que se negó a obedecer a los tres ladrones que irrumpieron de madrugada (8.30 a.m) en la sucursal bancaria donde ella trabajaba.


Y mi más sentido pésame a sus familiares. Una pena. Bastante penosa y ridícula, por cierto.


Porque, reflexionando sobre el móvil de la incorrecta actuación de la jóven, y no sólo en mi opinión; ni tampoco en el sentido común más elemental; ni siquiera en el, tan primario como natural, instinto de supervivencia, sino que además, está claramente estipulado en todos y cada uno de los manuales de prevención y actuación en casos de riesgos laborales. Y en este caso tan extremo, como sin duda lo es cualquier robo a mano armada, nuestra querida Estela Calduch, de 25 años, me da que erró, infantil, grave, e imprudentemente, al negarse a entregar un dinero que no era suyo, ni del banco, ya que ni siquiera el robo mermaría un sólo céntimo el botín de la sucursal de Botín, pues para eso existen, y se pagan/se cobran "religiosamente" los Seguros.


¿Que resultara que la Cia. de Seguros del Santander, pudiera ser, probablemente también, de la misma propiedad, -al igual que el del botín que se querian llevar los atracadores de la sucursal del susodicho Botín?... Ah!,... ¡A ella que le registren!, ya saben aquello del refrán de la otra estupidez, la de meter todos los huevos en el mismo cesto. - Haber pedido Mapfre.


Además, no creo que ella se planteara esa posibilidad. Y aunque lo creyese, o casulamente lo fuese. No era suyo, en ningún caso. Ni tenía que dar su vida por defender lo que no era ni un sólo céntimo suyo. ( Salvo que fuera accionista)


Y como ya dije, para eso están los Seguros. Bastante más asegurados que ella y toda su familia y amigos. ¡"Seguro"!


Quizás le traicionaron los nervios; quizás un acto reflejo inoportuno; quizás unas, en este caso "muy oportunas" ansias o ganas de medrar; de ascender; de demostrar ir de sobrada; o incluso, un exceso de fascistóide, trasnochado, y erróneo celo profesional; o quizás le perdió otra cierta prepotencia bastante engañosa: Esa sensación habitual en sus jornadas laborales, de estar "segura tras la ventanilla"; o incluso, " por encima del cliente/del público"; "de sentarse y sentirse a un nivel superior de..."; y, eso sí, en la creencia de estar, siempre-siempre, perfectamente blindada, protegida por....¡¡¡¡ la cámara filmadora!!!, (pues ni un segurata tenía ese chiringo financiero del cuarto ladrón, per0 primero en patrimonio, relevancia, caché, prepotencia, e "importancia y exportancia").


Ya que nuestra tan querida como imprudente empleada habitualmente obedecía, fielmente, ¡faltaría más!, al mayor atracador legal del interés compuesto y tae; al intoxicador del dinero-deuda de las líneas de crédito, y de las burbujas financieras que nos trajeron en el 2007 la mayor penuria conocida a millones de víctimas, -y sólo hablo de occidente, del culo menos pobre del mundo, porque las mayores 3/4 partes de la población mundial ya la venían padeciendo, y mucho más trágicamente, desde que se inventaron precisamente los bancos y demás instituciones de crédito e interés compuesto-, ¿Qué más le hubiera dado a tan penosa víctima, volver a obedecer, sin rechistar como de costumbre, pero, en este caso, no al Botín, sino a esos otros tres atracadores más, aunque estos últimos fuesen ilegales, drogatas, harapientos, y lúmpen ?. ¿No sabía ella de las terroríficas diferencias existentes entre, -por un lado-, su muy educado e ilustre ladrón de cuello blanco, -y por otro-aquellos tres ladrones que tuvo ella en ese momento absolutamente enfrente, tan maleducados, tan agresivos, tan totalmente armados, y tan absolutamente desesperados? (porque hay que estar desesperado para atracar a esas horas tan intempestivas de la madrugada)


De verdad, es que me atrevería a no considerar este caso siquiera como accidente laboral. Aunque, lógicamente, necesitamos más datos sobre el homicidio para poder descartar por completo esta otra posibilidad: La de que en este terrible crimen no estuviéramos, -dadas todas las consideraciones anteriormente detalladas- ante un caso flagrante de... suicidio inducido.


Vaya usted a saber. Pero protégase antes por si acaso. Que ya sabemos que las carga el diablo.


Y a veces, al menos las del cajero automático, ni eso. Ya saben, aquello de: "Por motivos de....Acuda a la sucursal más próxima". En todo caso, no os perdáis los comentarios de abajo de la noticia.


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