OLVIDO
Vuelvo a evaporarme en un montón de suspiros,
En Chatarra inhibida sobre la línea blanca
De tus lunas, llenas de escarcha ciega.
Intempestiva conciencia que has aparecido
Para hacerle un nódulo a mi sangre alada,
A soplarme lo que el aire ni se atreviera.
¡Qué me olvidas,
Tal vez mañana,
Pero qué me olvidas,
Me olvidas!
Y cómo le digo todavía al recuerdo que eres mengue.
De qué manera entierro este cariño maldito.
Mi porvenir se vuelve a trozos, de repente pasado.
Tus promesas van desvaneciendo mis quimeras.
Y rugosa
Y veloz
Y ajada
Y espesa
Entra cuan murciélago por su casa, mi tristeza.
Cuan fiera corrupia escupiendo lágrimas de pena.
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Ya no tendré más amante que la ausencia
Exquisito, Victoria. Hay que ver el dolor que atravesamos en determinados momentos de la vida, ya sean imaginados -que también son sentidos en ese instante, mientras se escribe- o reales. Y lo bien que el poema se ajusta, como un guante a la mano que pertenece, para explicar este tipo de situaciones.
MI ENHORABUENA. UN BESO