Huelva blanca e impura
La alcaldía, la concejalía y la delegación provincial, con su delegada de Medio Ambiente, se lavan las manos, como Pilatos, trasladando sus despachos, a los toques de campana í¢"â¬quise decir, campañaí¢"⬠y por las procesiones í¢"â¬o quizás debo debo escribir profesiones...í¢"â¬, haciendo honor y alarde del estado aconfesional que, gobiernan y nos representan. Mientras, sobre sus mesas, se acumulan, traspapeladas, las denuncias, por los efectos radiactivos, de uno de los vertederos industriales más extensos del planeta. Aunque, eso sí, llevan en los bolsillos de sus chaquetas, para engañar a diestro y siniestro, los resultados benévolos de AIQB y las escusas, de los puestos de trabajo que generan, estas fábricas de fertilizantes. Entonces para que... ¿preocuparnos?
Los medios de comunicación, pesadísimos con estas fiestas, lo apellidan "onubensismo", a este fenómeno de echarse a la calle, por tu ciudad, por la lucha de los verdaderos valores y las tradiciones que, rebozan de fortaleza y de valía, a las personas. Tanta multitud por las avenidas de Huelva, la ciudad está preciosa e ilunminadísima, solo hay que rezar para que no llueva y se derroche tanto patrimonio dorado, tanta riqueza por doquier, que tantas peticiones de salud y de paz queden en el tintero, tanto machote sudoroso, tan morbosa mirada encapuchada, tanta envidia entre cofradías,...Sería una lástima y saldrían las lágrimas por televisión. Si hubiera una correlación de estas movidas, que solo dejan un paisaje desolado de cáscaras de pipas, con el otro sentimiento de la población que, cada día, sufre más el cáncer de pulmón y el asma y por su paisaje, con su Tinto corrompido, sus marismas infestadas, sus montañas de fosfoyesos que cubren hasta el horizonte y su atmósfera ennegrecida y turbia, entonces Huelva sería otra.
Si saliéramos a la calle con coraje, también en bandadas, como en esta semana, para luchar por una ciudad descontaminada, por la salud de su gente, por la preciosidad de un río transparente y purificado, por una ría paradisiaca y por unas marismas, edén de las aves... Si adoráramos y apoyáramos la labor que realizan los ecologistas en acción, a Greenpeace, Huelva podría recuperarse de sus males terrenales, sin tener que recurrir, siempre, a los milagros celestiales.
Pues, amiga Victoria, es lo de siempre, lamento decir que Huelva, los onubenses, es una de las ciudades más pasivas de España. Desde la mirada de los que hemos venido de otras ciudades a esta, nos queda una sensación de perplejidad al contemplar como aqui, fundamentalmente, hay solo tres cosas que mueven al ciudadano capitalino, el Rocío, La Semana Santa y el Recreativo, y en este último supuesto solo en el último año. El resto parece que al onubense se la trae floja. Desgraciadamente. Y siempre son los mismos los que se quejan, cuatro gatos tomados por chiflados bocazas y protestones, incomprendidos en cualquier caso. El político de Huelva es, en muchos casos, un advenedizo con las miras puestas en cargos de mas enjundia que en trabajar por el bienestar de los que le votan, los que le pagan las lentejas, o el pez de espada en restaurantes de postín. Falta en Huelva, todavía, un sentimiento real de onubensismo, y no hablo de la demagogia barata y populista del "rodriguismno", ese alcalde abrazador de palios, hablo de ese otro sentimiento autóctono y no basado en ejemplos sevillanistas, hablo de recuperer una ciudad para sus ciudadanos, esos que a la primera de cambio dejan sus calles vacías y huyen despavoridos hacia las playas o a hacer las compras al Ikea o al Factory, de Sevilla, claro. La pirateria ha desembarcado en Huelva hace ya años y convive en pacto interesado con los reyezuelos de la zona. Politicos, industriales, inmobiliarias, mangurrianes y chuflas en todo caso. ¿Ecologistas?..., Eso son sólo unos ilusos tarambanas.
Vino y besos.