ASESINO
Desde que secuestraron a Mari Luz, he estado muy atenta a las noticias, pero sentía tal repugnancia e indignación emocional, yo que trabajo con niños y niñas y sé de sus debilidades, de su moldeabilidad, de sus fantasías, yo que he parido a un hijo y a una hija y he sufrido la enfermedad congénita y la muerte de mi hijo... Era tanta la impotencia prensada en mi pecho que no podía trasmitirlo con palabras bien parecidas ni en líneas rectas, hasta ahora que veo los ojos de un asqueroso tipo que declara ser el asesino de esa pobre niña.
Santiago del Valle, de la miseria, de la muerte, tú no eres un demente, tú eres un criminal de sangre escarchada que te has paseado por este suelo acosando a los más débiles. Un enfermo no obliga a su hija de cinco años a que lo masturbe, Un enfermo no aplaude el atropello de su hijo por un camión porque lo indemnizan con ciento veinte mil euros. Un enfermo no inculpa a una víctima inocente de sus maldades y aparece ante los medios de comunicación con babas de cordero apaleado. Tú eres un pedófilo asesino con total conciencia para planear un secuestro, para asfixiar una vida inocente, para ocultar y hacer desaparecer su cuerpo. Yo te pregunto... ¿No tenías retortijones ni escupías lagartijas cuando veías a sus padres, a sus abuelos y a toda esa gente pasando semejante desesperación y angustia? ¡Asesino!
Se te queda la mente encorvada ante semejante imagen social, estamos en una sociedad donde a los locos sólo nos queda hablar en voz alta, mientras los cuerdos muestran sus máscaras para ocultar lo que verdaderamente son. Y hay que estar loco para tragarse las sospechas de quién era el delincuente de su hija, un loco, para vivir este infierno con tanta serenidad y compostura, una loca por no estar muerta junto a su hija.
A una vida truncada ya poco se le puede decir, a su asesino justicia justa y a sus padres les doy las gracias por la sabiduría y la entereza con que están meciendo su tristeza.
Un abrazo a la familia.
Ya sabes que soy muy visceral y muy "bruto" al tratar ciertos temas, que hasta puedo parecer un salvaje o un violento cuando escribo o hablo sobre algunas cuestiones, pero, que me perdone el pluscuamperfecto sistema occidental de valores, que me perdone el inventor del habeas corpus, los magistrados, los legisladores y los sacrosantos soportes de la inteligencia, la sensatez y los derechos humanos, pero ese tío, ese grandísimo pedazo de hijo de puta no merece otra cosa que un mono de presidiario, un corredor de la muerte y una tiza para que anote en la pared de una celda los días que le quedan de vida. Ya lo he dicho en mi artículo, admiro al padre de Mari Luz por su templanza y su decencia, si a mi hubieran arrancado de ese modo a mi hija ten por seguro que yo no hubiera podido actuar así, yo hubiera matado cincuenta y cuatro veces con mis manos a esa escoria, le hubiera arrancado el corazón y lo hubiera quemado para que ni su jodida alma pudiera descansar en paz en toda la eternidad.
Ese cabrón lo mínimo que merece es que hasta su último atisbo de vida tenga los ojitos de Mari Luz sobre su frente cada vez que intente conciliar el sueño. Miserable alimaña malnacida.
Lamento usar este tono, Victoria, en tu espacio, pero ya me conoces y sabes como me tomo ciertas cosas.