Sin antes ni después
Reivindico la duda. No soporto dar la imagen de no dudar lo suficiente y aparentar estar seguro de algo, porque no sería cierto. Quizá convencería a alguien más, pero no es eso tampoco lo que busco. Me basta con convencerme a mí mismo. ¿Me estaré equivocando negándolo todo?
Miro hacia atrás y no veo nada,
ni estás tú, ni hay olores,
¿qué sabores recuerdo?
He recuperado el sabor del gofio.
¿Dónde fui feliz?
¿Fui feliz?
Cuando trato de indagar en el futuro, no es que no encuentre nada, es que veo que no me espera nada.
Está claro. Sólo soy lo que soy, sin antes ni después: lo que soy.
Escribir sin nombres propios. Al menos, sin citar a personas. Todo lo demás es una trampa.
¡Es una maravilla leerte, de verdad!