Referéndum en Grecia. Salir de la UE (2)
(Ver La deuda griega. Salir de la UE)
¿Qué es la Democracia? Es la pregunta que nos hacemos constantemente. No sólo yo me la hago. No sólo los españoles nos la hacemos. Está ocurriendo algo a nivel mundial. Nuestros padres tienen memoria del pasado y saben que hay algo que es diferente. Ya no hay cárcel por pensar de manera diferente. ¿No la hay? A algunos con eso les basta. Con eso y con saber que, cada cuatro años, pueden visitar una urna en la que pueden depositar una papeleta en la que dicen quién quiere que nos gobierne los cuatro próximos años. Pero a algunos no nos basta con eso. Pensamos que sobre algunos temas sí tenemos que dar nuestra opinión. No hablo de un sistema asambleario que decida sobre cada una de las medidas que se deban tomar, pero sí de algunas medidas que nos parecen esenciales. Si un país ha llegado a una situación insostenible: paro, crisis, pobreza, descontento social generalizado... ¿No deberíamos poder decidir cuál va a ser nuestro camino?
¿Por qué es tan duro llevar a referéndum un tema de enorme transcendencia para todos? Llevamos más de un año con imágenes de Grecia en las portadas y en las televisiones. El país está al borde del caos. Personas como nosotros salen a la calle constantemente a protestar y lo hacen de mil formas: también usando la violencia. ¿Alguien se cree que son alborotadores o incendiarios que sólo desean el mal, el terror? ¿Alguien es tan inocente para pensar en que son grupos casi terroristas? ¿No serán personas desesperadas que han luchado toda su vida y a las que un sistema, el sistema, ha llevado a las más altas cimas del horror? ¿Y qué les proponen, qué les proponemos? Más ajustes. No hay más solución que esa para que las aguas vuelvan a su cauce. Más parados, sueldos más bajos y menos asistencia social, menos sanidad, menos educación.
¿A quién hay que mantener contentos? ¿A los banqueros alemanes? ¿A ese concepto que son los mercados o sus empresas que valoran el precio de la deuda de un país? ¿Hay que mantener la unidad de la moneda única a toda costa? ¿A dónde nos ha llevado el euro? Hace unos meses puse una foto que me resulta muy clarificadora en este sentido. Vuelvo a ponerla.
Y no hablo de macroeconomía; hablo de las familias, de los trabajadores. La relación entre precios y sueldos es alarmante. Los indicadores oficiales mienten y aun así son también alarmantes. El poder adquisitivo del español medio, o del europeo medio (no hablemos ya del griego) viene bajando y no ha sido algo que se iniciara con esta crisis, sino mucho antes: en 2001 concretamente. No dudo que también haya habido ventajas. Lo que me pregunto es: ¿para quién?
En el horizonte, se ve un espacio en el que trabajemos como las economías más emergentes, como la china. Más de doce horas diarias de trabajo a cambio de unos sueldos de menos de mil euros y con la espada de Damocles del despido fulminante sobre nuestras cabezas. Eso sí: con bancos y empresarios cada vez más ricos, que se aseguran su situación con bolsas de desempleo que nos harán agachar las cabezas ante cualquier imposición. ¿Es así como queremos vivir?
De todas formas, de ser así tendríamos que tener el derecho a decidirlo. Nadie debería asustarse ante un referéndum al pueblo "soberano". ¿O es eso? ¿Gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo? ¿Las más grandes revoluciones para que todo permanezca igual? ¿Qué es lo que temen tanto? ¿El efecto contagio?
Estamos ante unas elecciones generales. ¿Habrá algún partido que se atreva a asumir estas reflexiones e incluirlas en sus programas electorales? Ya hablaremos de los programas: dan miedo.