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Nada importa nada, de Javier Salvago


SOBRE POESíA Y VIDA



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Nada importa nada
Javier Salvago
La isla de Siltolá
ISBN: 978-84-15039-80-8
68 págs.
Sevilla, 2011
12 euros

El proceso ha sido el inverso al que cabría esperar, al que es usual en estos casos: primero aparecen los poemas, uno tras otro, sin mostrar los capítulos ni las páginas en blanco que los separan, incluso con alguna variación significativa en el orden de estos poemas, en la antología La vida nos conoce (Renacimiento), y ahora sale el libro ya fijado, definitivo, como lo quería el poeta, en una hermosa edición en la colección Arrecifes de La isla de Siltolá. Incluso en esto se muestra especial Javier Salvago (Paradas, 1950). Parecía que ya era un asunto concluido, la poesía, para Javier Salvago. Parecía, para hablar con más propiedad, que se había alejado definitivamente del arte de construir sus propios versos. Hacía ya quince años que salió su anterior poemario, Ulises (Pre-textos), que nació con vocación de fin de etapa, de último eslabón de una cadena que, parece, le apretaba demasiado. Incluso habíamos recibido una primera entrega de sus recuerdos en prosa, Memorias de un antihéroe, también publicada en Renacimiento, y ya estábamos hechos a la idea de que íbamos a tener pocas novedades poéticas. ¿Qué ha ocurrido? Que la vida de Salvago, lo queramos o no, o lo quiera él o no, es Poesía. Aunque sólo sea Poesía para decir en voz baja, como quien no quiere la cosa, que no más Poesía, por favor; aunque sólo se trate de Poesía con apariencia de menor, como siempre han tildado algunos a este, quizás el más influyente de todos los poetas que siguieron, en los años ochenta, la herencia de Gil de Biedma, que este recogió a su vez de los Machado, no sólo de Manuel, también de Antonio, pero muy especialmente de Manuel y de los cantes más populares que se podían oír entonces hasta altas horas de la madrugada en algunas tabernas sevillanas. Poesía de oído, de lenguaje vivo y claro, no exenta de sabiduría, pero de esa otra sabiduría popular que no siempre está en los libros, excepto cuando alguien como él, como los hermanos Machado, o como, también, ¿por qué no? Fernando Ortiz, la recoge y la fija en la memoria permanente del papel. ¿Qué escribe Javier Salvago en el siglo XXI? ¿Cambia esencialmente su lenguaje? No. La respuesta es "No". Un No con sus matices, eso sí, pero seguimos teniendo entre las manos una gran noticia: un libro del mejor poeta sevillano del último cuarto de siglo pasado.

Siempre he pensado en cómo debió quedarse el rostro de Vicente Aleixandre y su expresión de sorpresa cuando recibe La destrucción o el humor, el primer libro reconocido y reconocible de Javier Salvago. El título lo dice todo: una relectura irreverente del Nobel sevillano, donde el humor pasa a ser ese ingrediente necesario y esencial que ya va a ser en todos sus libros por venir, incluso en sus versos más descorazonados, incluso, porque sigue siendo así tantos años después, en los versos de este Nada importa nada. Creo que a don Vicente no le gustó demasiado el homenaje, quizá no lo entendió bien o no le interesaba entenderlo, pero no por ello iba a cambiar la poética de Salvago. La destrucción de todos y cada uno de esos mitos que su generación había iniciado años antes y el humor, que lo iba haciendo todo algo menos trascendente. Todo esto pasado por los sueños y ambiciones de un joven aficionado al teatro y las barras de los bares de Sevilla. Esas ambiciones se irían frustrando. Algunos éxitos como poeta lo llevarían a otras ambiciones, que también se iba a ir mostrando inútiles. La Poesía era su vida. En el poema que abre este libro, "La Poesía", lo cuenta mucho mejor de lo que podría hacerlo yo: "Ahora que el final de tu existencia / se acerca y que se va acabando todo, / sin ilusiones vanas, sin sentido / -pues ella era el sentido-, ya sin sueños,..." Y entonces se hace, o nos hace, la pregunta inevitable: "¿gané con ella el tiempo / o fue tiempo perdido?" Aunque parece responder que sí, que fue tiempo perdido, la pregunta queda inevitablemente suspendida en el aire. Tendríamos que recogerla y responder no sólo a lo que se nos pregunta sobre sí mismo; también sobre esa misma pregunta si nos la repetimos cada uno de nosotros. Nuestras biografías son distintas, claro que sí. La dedicación y el éxito también ha sido diferentes, sin duda, pero la Poesía no tendría sentido si no pudiéramos volver contra nosotros esas mismas preguntas que se hacen los poetas que leemos. El poema "La Poesía" es, sin duda, uno de los más importantes que ha escrito Salvago, resumen subjetivo y desengañado de una vida en la que parece querer decirnos lo que queda en el título del libro: que nada importa nada.

Pero seguimos leyendo. Si este primer poema plantea dudas, la segunda parte del libro es puro pesimismo, comenzando con la cita de Kafka: "Como las cosas no podían / ir a peor -escribió Kafka, / en su Diario-, mejoraron." Pero él nos viene a decir que sí podían ir a peor. Una serie de relecturas de tópicos ante los que Salvago muestra que las cosas no siempre son como parecen: se trata de tópicos vueltos del revés. También podría haberse llamado a este libro La destrucción o el humor. Con razón toda su poesía está llena de variaciones y reincidencias. Humor amargo, como siempre ha sido el humor de sus poemas. Alguien que sobrevuela y mira con pesimismo lo que el tiempo va dejando atrás. Ni siquiera el amor se salva, el amor menos que nada; ni siquiera la infancia ni la juventud se salvan. Sus materiales son conocidos y todos los usamos. Son materiales de derribo que su mirada ennoblece por un instante y los hace retornar a su sitio. Algunos de estos versos o títulos o tópicos quedarán y sustituirán, probablemente, a sus epígonos. "Aquellos maravillosos años" nos evocan los temores y descubrimientos de una primera juventud. Él escribe: "Que la vida dolía / yo lo aprendí muy pronto. / Quizá por eso anduve tantos años / huyendo de la vida, como loco."

Una vez un amigo me dijo algo que se me quedó grabado, refiriéndose a la vida: "a ver cuándo se acaba esta maldita broma." No sé qué pensará de esa expresión ahora. Supongo que ni la recordará o, si lo hace, será algo que querrá olvidar, como el motivo que lo causó todo. Este libro, el poema que le presta título, me ha recordado aquella situación: "Si algo enseñan los años / es que todo se acaba. / Que nada, en este juego, / dura ni importa nada."

A los hermanos Machado, a ambos, a los dos, dedica una serie de coplillas que quizá sean de lo más interesante de este libro. ¿Por qué? Porque son las formas más populares y, aunque no abandona ese tono sombrío del resto del libro, el humor aquí sí lo puede todo. Puede con todo. Incluso puede destruir ese pesimismo con el que se afronta el libro. "Mira qué crimen tan malo / será nacer, que la pena / es a trabajos forzados." Las titula: "Apuntes y canciones del camino". El camino es la vida. El único bálsamo que hace, si no más feliz, sí más llevadera la vida, son las lágrimas. Y ya sabemos todos que los hombres no lloran. Lo hacen cuando son niños y en algunos momentos estigmatizados (la borrachera, por ejemplo, o eso leemos en el poema "Lágrimas", otro de los poemas que permanecerán en las antologías futuras, junto con los que dedica a sus padres, "Romance" y "Cerca del cielo". Lo cierto es que no dejo de pensar que la mejor antología de su obra será su Poesía Completa. Y lo será cuando este libro, este gran libro, se una a Variaciones y reincidencias. Porque ahora sí lo repito: no cambia su lenguaje y sus temas son los mismos con los que inició la singladura en la Poesía. Mirar de cara, aproximándose, o de espaldas, alejándose, al amor no cambia la verdad que nunca puede soslayarse. La Poesía de Javier Salvago sigue siendo palabra esencial. No entiendo porqué este libro, Nada importa nada, editado por La isla de Siltolá a mitad de 2011, no está entre las mayores noticias del año pasado poético. Quizá por ese cambio en el factor y por haberse incluido antes en la antología de Renacimiento. Pero, señoras y señores: ¡es Javier Salvago!
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Javier Salvago
Javier Salvago dice:
25/03/2012 16:03

Muchas gracias por la elogiosa reseña. Un fuerte abrazo

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
26/03/2012 00:25

Gracias a ti por todo. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.