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La deuda griega. Salir de la UE



Desde que en 2000 entró en vigor el euro no es que no haya notado ninguna ventaja, sino que todo han sido inconvenientes. Tengo la absoluta certeza de que el poder adquisitivo de nuestros sueldos, de los de la mayoría, ha bajado de forma escandalosa. Hace unas semanas me envió mi amigo Julio López Rodríguez esta foto. Es de esas que nos hacen llorar de indignación, porque es verdad.

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Mientras tanto, estos años, alguien ha ido embolsándose todas esas cantidades que no nos cuadran. ¿Quiénes? No lo sé, pero algo intuyo mirando las cifras de beneficios de algunos de "nuestros" bancos y algunas empresas. Lo más tremendo es que han creado una sensación muy extraña por lo paradójico: mientras más ganan exprimiéndonos, más mérito les damos. Las campañas de publicidad se han basado en los beneficios que obtienen. ¿De dónde se creen que salen esos beneficios? De nuestros bolsillos. De una u otra manera es así. Alguien me dice, cuando le comento esto, que se debe a que todos queremos mantener nuestros ahorros en un sitio solvente. Quizá sea eso, sí. Quizá sea que todos queramos formar parte del equipo ganador. "Mi banco es el que tiene más beneficios anuales." Es parte de nuestra educación. Lo que ocurre es que esos beneficios salen de tus míseros ahorros. Mientras más dinero sacan ellos, más pobres somos nosotros. Hace unos años era posible cobrar el sueldo en mano. Ahora prácticamente no; en algunos casos, la mayoría, imposible.

¿Y qué tiene esto que ver con Europa? Es obvio. ¿Y con Grecia? A ello voy. Ocurre que hace un año empiezan a saltar alarmas. Los estados también pueden llegar a la bancarrota. No es nuevo. Ahí está el caso de Argentina. Recuerdo que entonces se dijo que era culpa de los políticos argentinos, que eran corruptos y habían "robado" a las arcas del país. Ahora sabemos que o no fueron los únicos, o no es problema sólo de ellos. Ahora sabemos que hay un ente que está por encima de ellos y son los mercados. Los mercados son como los bancos. Pueden subir los intereses de las deudas de los países de tal forma que llegan a hacerlos inviables. Exactamente igual que ocurre con nuestras hipotecas. Si pensamos que los dos países más solventes de la Unión Europea son Francia y Alemania, y de ellos parte el interés por reflotar las economías más deterioradas, nuestra primera reacción es ingenua y torpe: están haciendo una buena obra. Nada más alejado de la realidad.

El 75% de la deuda griega es... ¡por gastos de defensa y seguridad! Resulta increíble, pero es así. Pueden encontrar miles de artículos en internet sobradamente documentados. Yo enlazo con este de El País, donde también se enlaza con fuentes oficiales. Cuando hace un año la UE decide dar un crédito al estado griego, lo que se llamó con gran ingenio "rescatar a Grecia", les incitan también a que para poder devolver ese crédito tienen que recortar sus gasto público. El estado griego revisa sus cuentas y "descubre" que tiene un pedido hecho a empresas alemanas y francesas de un número considerable de submarinos nucleares para su ejército, además de más armamento. Rescindir ese contrato supondría más del 50% del montante del "rescate". Perdonen, pero me entra la risa indignada cada vez que escucho, leo o escribo esa palabra. Algún genio de las finanzas griego decide que deberían rescindir ese contrato. Respuesta de la UE (Francia y Alemania): si rescinden ese encargo, no hay "rescate". Cuando hablaban de recortar el gasto público se referían básicamente a privatizar empresas públicas, bajar el sueldo de los funcionarios y cualquier otra triquiñuela que se les ocurriera, como bajar el límite de velocidad máxima en las carreteras. Ahora, sólo un año después, Grecia ha tenido que pedir un nuevo "rescate" a la UE. Pero, eso sí, tendrán sus submarinos nucleares patrullando en sus costas. O no, porque parece ser que son defectuosos. No me extraña que estén deseando salir de la UE.