El cuarto oscuro. II
La sensación que tengo, cuarenta años después, es que en ese cuarto pasó algo. No podría decir exactamente qué pasó. Sólo conservo recuerdos ambiguos que aparecen e igual desaparecen. Cuando escribí estos versos, no me daba cuenta del significado que tenían, pero luego he ido recordando. Recuerdo que alguien me decía que su padre le pedía que llorase, para que todos pensásemos que le había castigado por algo que me había hecho. Recuerdo oír esos llantos con la sensación de que había sido yo quien lo había provocado. Recuerdo llorar por un dolor que no existía, aunque yo no lo sabía. Ya digo: son recuerdos ambiguos.
Cuando terminé de escribir el libro, su título era EL CUARTO OSCURO. Antes había sido EL REY DEL ROCK"N ROLL, pero no funcionaba. Creaba expectativas que no habitaban en el libro. Ya las explicaré. Lo curioso es que todas las personas a quienes les comenté que el libro se llamaría EL CUARTO OSCURO, me decían que les evocaba ciertos cuartos que hay en locales de ambiente gay, donde uno no sabe con quién está. Fueron varios quienes me lo dijeron. Debo tener fama de deshinibido. Y yo sólo pensaba en el cuarto oscuro de un fotógrafo, en el espacio donde visualizábamos la diferencia que había entre el negativo y el positivo. El negativo podría ser el subconsciente; el positivo, la realidad. Siempre me fascinó comprobar cómo va apareciendo la imagen en el papel de la fotografía. Tenía un amigo, Richi, que me enseñó a revelar fotografías en Capanna. Suena bien: Capanna. Con Richi en Capanna. Me encantaba gastar papel y más papel de fotografía haciendo semi-revelados o revelados a medias. Eran como dibujos. Llegué a conseguir en la foto algo bastante parecido a lo que yo quería. Siempre estuvo ese cuarto en mi subconsciente. Supongo que por nada demasiado bueno. No sé por qué surgió de pronto este poema. Quizás por una foto que me enseñaron hace unos meses, durante el carnaval de Tenerife. Sí, estos poemas, la mayoría de ellos, son de estos últimos meses. No sé si debo estar demasiado orgulloso de estos meses. Ya pensaré en ello con algo más tiempo y tranquilidad. No pienso con la cabeza, sino con los dedos. Escribo y no sé lo que escribo. Tengo la foto de una mujer en el atril y no sé si esa mujer realmente existe o, para ser más exactos, si existe como yo creía que existe. Supongo que por eso, al final, el título del libro es SIMULACRO.
Cuando terminé de escribir el libro, su título era EL CUARTO OSCURO. Antes había sido EL REY DEL ROCK"N ROLL, pero no funcionaba. Creaba expectativas que no habitaban en el libro. Ya las explicaré. Lo curioso es que todas las personas a quienes les comenté que el libro se llamaría EL CUARTO OSCURO, me decían que les evocaba ciertos cuartos que hay en locales de ambiente gay, donde uno no sabe con quién está. Fueron varios quienes me lo dijeron. Debo tener fama de deshinibido. Y yo sólo pensaba en el cuarto oscuro de un fotógrafo, en el espacio donde visualizábamos la diferencia que había entre el negativo y el positivo. El negativo podría ser el subconsciente; el positivo, la realidad. Siempre me fascinó comprobar cómo va apareciendo la imagen en el papel de la fotografía. Tenía un amigo, Richi, que me enseñó a revelar fotografías en Capanna. Suena bien: Capanna. Con Richi en Capanna. Me encantaba gastar papel y más papel de fotografía haciendo semi-revelados o revelados a medias. Eran como dibujos. Llegué a conseguir en la foto algo bastante parecido a lo que yo quería. Siempre estuvo ese cuarto en mi subconsciente. Supongo que por nada demasiado bueno. No sé por qué surgió de pronto este poema. Quizás por una foto que me enseñaron hace unos meses, durante el carnaval de Tenerife. Sí, estos poemas, la mayoría de ellos, son de estos últimos meses. No sé si debo estar demasiado orgulloso de estos meses. Ya pensaré en ello con algo más tiempo y tranquilidad. No pienso con la cabeza, sino con los dedos. Escribo y no sé lo que escribo. Tengo la foto de una mujer en el atril y no sé si esa mujer realmente existe o, para ser más exactos, si existe como yo creía que existe. Supongo que por eso, al final, el título del libro es SIMULACRO.
Este artículo está muy bien. Engancha. ¿Conservas alguna foto de ésas parcialmente reveladas? Taluego