Antonio Orejudo en el diario Público
Tiene toda la razón, como casi siempre, Antonio Orejudo al sorprenderse en esta columna con la propuesta que hacen los seguidores "tuiteros" del diario en el que publica su columna "Ruido de fondo", el diario Público. Resulta, amigos y amigas, que una de las propuestas que está tomando más peso entre estos bienintencionados seguidores que creen, eso sí, que este diario es necesario para garantizar el derecho a la información (a la información plural y real, claro, la otra ya está garantizada con otras cabeceras) en la prensa diaria de nuestro país, es comprarlo.
Claro que esta propuesta revolucionaria debe poner en entredicho los principios básicos de los que creen que la cultura o la información o lo que sea debe ser siempre gratis para el que la usa. Probablemente sea que nadie se daba cuenta antes de que nada es realmente gratis y, sobre todo, nada lo será. Probablemente nadie veía que permitir esa aparente gratuidad de los contenidos era una forma poco sutil de decidir qué se censura y qué no, a quien le concedemos nuestros créditos y a quién no. Parece ser que Público es el cuarto periódico nacional en cuanto a difusión (hay que aclarar, claro: en su edición de papel) y de los que menor deuda tiene, pero eso no quita para que los bancos decidan no concederle créditos que sí les conceden a prácticamente todos los otros diarios. ¡Qué bueno es que todo sea gratis, así decidimos quien sobrevive y quien no, quien tiene éxito y quien no! Y cómo me recuerda eso de que los bancos decidan quien sobrevive y quien no a otra realidad más dura.