Allí, aquí.

Miro la luna y pienso
que tú también la estás mirando.
Han cesado las lluvias
y tú, en la casa, ahora en silencio,
te pones la rebeca
y desandas tus pasos,
mirando el cielo.
Te sientas al lado de la piscina.
La soledad se acerca.
Ya se han acostado y la casa está en silencio.
Y en un momento tú también te acostarás.
Temes que él se dé cuenta de lo que estás haciendo.
No te preocupes. Otra vez
dormirás a su lado. Otra vez
fingirás que piensas en él
cuando cierras los ojos.
Pero antes es preciso
que nuestras miradas se crucen.
Necesito saber que no has llorado.
Dime que hoy no has llorado.
Dime que eres feliz y si acaso te molestan
un poco estos recuerdos,
mis manos, mis pies, mis ojos, la vida.