PERDONA AL PEPERO, POR FAVOR ...
Creo que los que votaron al PP tienen mucho miedo, porque ahora resulta que parece ser que nadie votó a ese partido de las infamias, ni siquiera los que aún dicen en el autobús que Rajoy lo arregla todo. ¿Quién se esconde si no tiene miedo o no se avergüenza de lo que hace?
Por eso, como ahora vienen días que, según todas las propagandas marquetinianas sean o no sean de sotana, son días de
bondad (¡je!),
solidaridad (¡ji!),
amor (¡ju!),
entrega (¡ja!)
y fraternidad (¡jo!)
(¿dónde quedan el consumismo feroz, las indigestiones, las borracheras, etc...?)
yo os propongo a los españoles que hagáis un esfuerzo sumo de bondad y, del mismo modo que muchos de esos incógnitos votantes, con voces más o menos engoladas, entonan algunas veces aquello de "Perdona a tu pueblo, señor", entonéis un reflejo de dicho cántico, con la misma melodía, pero con otra letra, que podría ser algo así como:
Perdona al pepero mi amor,
perdona al pepero, perdónale mi amor..
No estés eternamente enojado,
no estés eternamente enojado,
que pudo ser peor;
A partir de ahí, que cada cual introduzca las estrofas aludiendo a las infamias que le hayan afectado más, pero siendo sinceros, no con el aire tontuno e hipocritón de los "felices lo que sea" del baboso protocolo decembrino. Perdonando de verdad, pues, pero sin el menor atisbo ni intención de que puedan volver a gobernar SUS representantes (¡ja, je, ji, jo, ju!).
Y a la hora de los regalos, ya que parece que les va la marcha y que según sus mentores ideológicos el perdón debe acompañarse de una penitencia, pues unos silicios, látigos y cosillas de esas que tantas monjas, tantos frailes y seres similares de condición masoca han utilizado durante siglos, que si no el asunto no estaría completo.
Bueno, me voy a mi duna, que me espera un revolcón en la arena y ahí no creo que me desahucien.