¿ESTAMOS EN CAMPAÑA?
Va para cinco años que colgué este artículo aquí: "14 de abril, memoria y esperanza", en el que, por resumir, venía a decir que dicha fecha nos debería servir a los españoles para recordar lo que de positivo tuvo y los errores que se cometieron, pero que no nos agarrásemos a ella como si fuera un nuevo dios. Mas centraba todo el artículo en lo que a mí me parecía esencial para hacer que las cosas fuese muy distintas a como son.
Después vino la crisis y ahora, en ciertos lugares, viene el candor (¡esas ilusiones puestas en lo de África!). Ello me ha hecho reflexionar sobre lo entonces escrito y ampliarlo, matizarlo o, como a ti se te ocurra llamar lo que hago. Voy a ello:
1ª MATIZACIÓN: la sociedad hoy no me parece tan variada, sino cada vez más aborregada porque los medios de comunicación, todos -no se olvide- son capitalistas. Hace falta un trabajo de educación enorme, capaz de compensar y/o anular el del los "media", con acciones directas en barrios, mercados, parques, etc ...
2ª MATIZACIÓN: Entiendo que es básico, imprescindible, que el trabajo por instaurar la República debe hacerse desde abajo, es decir, desde el movimiento ciudadano, vecinal, no desde los aparatos de los partidos. Manda la experiencia: la transición la hicieron ellos y ahí está el resultado con la corrupción dominando el panorama de un país en el que vivir es cada vez más difícil, especialmente para los jóvenes y amplias capas de marginados porque esa corrupción, que arranca de la misma raíz de la transición, sólo mira el beneficio de los grandes grupos financieros o de presión y de sus empleados, los políticos profesionales. Éste párrafo, que transcribo íntegro, se ha hecho más evidente: ahora todo son los mercados y todos somos sus esclavos.
Insto, por tanto, a todos quienes participan en el movimiento ciudadano a que incluyan en sus actividades prioritarias la concienciación republicana de sus vecinos y a la necesidad de nacionalizar, al menos, las Cajas de Ahorros para que la microeconomia pueda funcionar..
3ª MATIZACIÓN: suscribo, íntegros los puntos 1 al 5 del modelo de república en que creo, y entonces expuse.
Pero al punto 6 (éste, y visto lo que estamos viendo, habría que añadir algunas cosas). Sistema fiscal basado en los impuestos directos, con una macroeconomía al servicio de la micro, no al revés, es decir: primero el ciudadano, después los indicadores económicos. Una vigilancia especial sobre los latifundios y adopción de medidas expropiatorias en su caso. Primar el cooperativismo y la autogestión económico-empresarial. Añado:
Realizar los enfoques económicos desde el punto de vista de un economía social, no matemática.
Vigilar estrechamente las grandes fortunas, sus operaciones especulativas, evasiones y refugios en paraísos fiscales, etc... A quien así hiciere, aplicarle nuevas leyes consistentes en la confiscación de todos los bienes suyos y de sus causahabientes, familiares hasta el 2º grado, y prohibición absoluta de residir en España, el país al que desprecian con sus actitudes, salvo para ocupar celdas normales en las prisiones.
Quienes fueren condenados por delitos económicos, que no pudiesen salir de las cárceles ni disponer de sus bienes hasta haber devuelto el último céntimo al erario, con sus intereses de demora correspondientes aunque hubiese pasado el tiempo de la condena, por considerar que lo esencial es recuperar lo robado y que, en sus vivencias, hubiesen pensado antes de delinquir. Ellos y sus causahabientes. Y una vez en la calle, a trabajar en tareas de tipo social durante el tiempo que las nuevas leyes considerasen oportuno. Algo así como una reeducación.
Sobre los puntos 7 y 8 mantengo lo dicho, así como del resto del artículo. Quizá matizaría que a las fuerzas armadas y a las policiales habría que entrenarlas, sobre todo, en que su labor es defender al pueblo soberano, no a los soberanos de los pueblos, algo del pasado de cuando se defendía al rey o al feudal de turno y no a las naciones, que nacieron en el siglo XIX .
Introduciría también una reflexión profunda, pero eso da para mucho sobre el objetivo del decrecimiento. Ya hablaremos, e invito a alguno de mis lectores a que lo hagamos ante taza de café, con bollo o sin él.
Todo ello teniendo como guía esencial la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la de los animales y la de la tierra.