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¡AY, AVA GARDNER ...!

 

120px-ava_gardner_barefoot_contessa_crop.jpg¡Con qué nostalgia te recuerdo, Ava!. Una mujer tan erótica, que no alcanzó los 69 de edad, quedándose en el umbral, ¡qué frustración!. Con esa mata de pelo negro, con esos ojos verdes, de mirada serena ..., serenos como un lago ..., que decía la famosa canción, con el hoyo de tu barbilla, "el animal más bello del mundo" que te llamaban los publicitarios de tu empresa cinematográfica, expresión que no te gustaba quizá porque, adelantándote a tu tiempo, hubieses preferido que te hubiesen dicho "la animala..."

 

¿Te sentías una animala, quizá una vaquilla, cuando te estoqueaban tus ligues toreros? ¿O te sentirías muy lista, y no tonta, como según un tal Múgica Herzog somos los antitaurinos?

 

Recuerdo, de mis siglos en el túmulo, el rumor que me llegaba cuando los hombres andalusíes hablaban de tí: como entonces nadie del común sabía inglés te llamaban la Ava Grande (sic), como a otros decían Estivi Gringui, Gregorio el Pecas y así.

 

Tanto había leído de ti y tantas fotos me habían llegado en los recortes volanderos que no me hubiese importado tenerte en mi harén, incluso como favorita: no hubiese sentido celos de Mickey Rooney ni de Frank Sinatra, comparados conmigo dos chuflas. Por eso, en cuanto volví a la vida y tuve el turboturbante, me apliqué en conocer tus películas.

 

Te recuerdo bellísima en todas, pero sobre todo, y por tus actuaciones, en "Forajidos", "Venus era mujer", "Soborno", "Las nieves del Kilimanjaro", "El juez de la horca", "La noche de la iguana" (qué sensualidad), ...

 

espe-calcts.JPEG"Magnolia" me trae el recuerdo de un amigo que se llama Manolo y vive en un edificio ad hoc, llamado ... Magnolio, y me da risa. Y cuando recuerdo "Mogambo", con las orejas de Clark Gable (el Cara Cable) y el pitorreíto que tú le montas por esa peculiaridad anatómica, recuerdo a otro amiguete portador de dicho gen dúmbico.

 

Y me rindo ante tu porte elegante, mayestático diría un monárquico, o aristocrático que diría un pijo, cuando hiciste de condesa en "55 días en Pekín" y, sobre todo, en "La condesa descalza", sí, la historia de la bailaora madrileña que llega a gran estrella -recordando a Rita Hayworth-, y se complica la vida a base de bien, pese a que Humphery Bogart es amiguete suyo y la saca de algunos atolladeros.

 

Una folclórica madrileña, ésta real no de cine, ha querido emularte caminando descalza, quizá por ver si con ese desnudo pinrélico y su condición de condesa consorte podía conquistar el mundo, o por lo menos los mercados de Mumbay (antes Bombay). Pero no, al final, ni siquiera se ha quedado en bragas, que diría un castizo, sino en calcetines. ¡Como para besarle los pies!

 

Que el personal compare las imágenes.

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
30/11/2008 20:41

Ay, ay, ay Esperanza, ¿es qué no sabes que con esos calcetines no puedes entrar en las discotecas...? Qué ejemplar, qué animal, qué carnaval de presidenta...