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ABORTO Y PERIODISMO "RESPONSABLE"

100px-symbol_venussvg.pngMi turboturbante ha captado un artículo sobre lo que se está proyectando para el aborto voluntario, que está lleno de retórica conservadora, tergiversación, manipulación y/o ignorancia en la materia, motivos por los que me permito comentallo aquí. Tiene el artículo 34 líneas, de las que entresaco las preguntas básicas que su autora se formula y luego las comento, pero antes debo advertir que no he podido ver el periódico ni el nombre de la periodista, no por suciedad del pneumopitorro de mi artefacto, sino porque algo desprendía el papel que era como una nube espesa.

Y advierto también que no defiendo a la ministra Aído, que ella sabrá hacerlo solita ya que ha sabido llegar a la cúspide tan joven y por sus méritos. Yo comento aquí la demagogia meapilas. Al grano:

- Me gustaría saber la identidad de los nueve expertos en los que la ministra Bibiana Aído se escuda para defender que una niña de dieciséis años puede abortar sin consultar con sus padres. Me gustaría saber de (sic) qué son expertos ...

Desde luego, esta periodista no lo es "de investigación", pues le hubiese bastado, como a mí, entrar en la web del ministerio y leer el informe de dichas personas, para ver sus nombres y cualificación: catedráticos de derecho penal, de ginecología, etc...

- ... y si son padres y madres.

¿Como el llamado papa, como los cardenales y obispos que, teóricamente, son célibes ellos y por tanto completamente desautorizados para hablar de paternidad del modo que lo hacen? ¿O sabe la plumífera que sí, que son padres a todos los efectos y por eso pueden hablar del asunto con plena autoridad en un estado (España) que no es el suyo (Vaticano) y en el que carecen de derecho a decidir, aunque lo tengan para opinar, sobre cuetiones sociales?

- Me gustaría saber en qué se fundamentan para decir que dejar tan dramática decisión en manos de una adolescente aterrada [¿cómo sabe que todas están aterradas?] es lo mejor para ella.

Pues se fundamentan en las leyes españolas, mirusté, como cuando el Código Civil sostiene que el ejercicio de los derechos personalísimos de los menores está excluido del ejercicio de la patria potestad. En segundo lugar, se permite el matrimonio a partir de los 16 años de los jóvenes emancipados. Por otro lado, el derecho penal reconoce que a los 13 años un menor tiene madurez suficiente para decidir sobre su sexualidad, de donde se sigue que igualmente debería reconocérsele la facultad de tomar decisiones sobre las consecuencias de sus relaciones sexuales (cita textual del informe).

Por otra parte, si le parece que 16 años no son suficientes para decidir sobre su cuerpo una chavala, que le pregunte a la Iglesia porqué establece que las mujeres se pueden casar a los 14 años (¿o dejarse penetrar por el marido no es hacer uso de su cuerpo, una cría de 14 añitos? ¿O es que hay que admitir la superioridad del macho, quiera ella o no quiera?).

Tal como explican los expertos citados en el informe elevado al ministerio, se fundamentan, además, en la legislación internacional, declaraciones de derechos humanos y de las mujeres, etc... Cosas baladíes, como se ve, no como la Biblia, fundamentada en pormenorizados estudios sociológicos, randomizados, dobleciegos, y demás garantías, según protocolos realizados en dunas desérticas por los sabios de las tribus nómadas de pastores analfabetos hace miles de años: de ahí su fiabilidad.

- Me gustaría saber si se han parado a pensar que esa criatura, tras mantener una relación sexual precipitada, va a empezar a sufrir lo que la literatura científica ya ha diagnosticado ante un aborto.


Cuando se cita la "literatura científica" hay que decir cuál, metodología, etc...¿no? He repasado un buen rato por Google y sólo veo estos problemas en webs y foros "pro vida", es decir, religiosos. No digo que no los haya, sino que no los encuentro. Sí he visto opiniones sobre que "se están iniciando" estudios serios ahora, que el síndrome post-aborto puede estar condicionado por la personalidad de la mujer, por condicionantes religiosos (el pecado, la culpa, etc...), ... e incluso que no existe como tal cuadro clínico. Habrá que hablar con algún psicólogo o psiquiatra imparcial y ver los estudios que nos muestre, antes de dar credibilidad a lo expuesto por el artículo que comento.

Y habría que ver, también, estudios sobre cómo se desarrolla la vida de las mujeres que tienen un hijo sin desearlo, y la vida de ese hijo no deseado, y si los efectos no son peores que los del síndrome citado.

- Me gustaría saber quién le va a informar a una adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede abortar sin decírselo a los padres y también en quién se va a apoyar ante semejante circunstancia. ¿En la mamá-administración, o en su mejor amiga, con la que intercambia los vaqueros e inventa en su habitación coreografías de Beyoncé?

Pues también está en el informe de los expertos, oiga. En cuanto a quién le va a prestar apoyo, dependerá de sus relaciones familiares y de confianza con la progenie, séase sus padres, que a lo peor es lo que falla, dado el autoritarismo a que muchos, especialmente los muy religiosos, tienden y que lleva a los hijos a sentir terror ante ellos en determinadas circunstancias si no en todas.

- Me gustaría saber el protocolo de actuación que se llevará a cabo cuando una niña de dieciséis años acuda al centro para abortar y cómo será tratada.


Está perfectamente explicado en el informe archicitado. Que se lo lea, voto a bríos.

- Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres.


¿Y quién le ha dicho que el objetivo del proyecto de ley sea ése? ¿Se ha leído ya el preámbulo? ¿Y quién le ha dicho que existe esa confianza entre padres e hijos, así, por definición? ¿Alguien puede asegurar que los hijos siempre le cuentan todo a sus padres cuando son adolescentes?

- Y me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le damos sopa caliente? ¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O quién habría sido el padre? ¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del aborto? Una cuestión más: ¿meterán en la cárcel a una madre que le discuta esa decisión a su hija adolescente? O es la ley del "no se lo digas a mamá porque no la necesitas".

¡Cuánta demagogia, cuánta retórica vana, cuánta ignorancia o cuánta mala fe! ¡O cuánto de todo junto!

... me gustaría saber si mi hija ha abortado sola. Porque soy su madre.

En definitiva, la dama se retrata en el último punto, cuando dice que quiere saber lo que hace su hija que para eso es su madre. No dice que lo quiere saber para ayudarla, acompañarla, asistirla, no: se infiere que quiere autoridad, mandar, que se haga lo que ella quiere, aunque no coincida con lo que quiera su hija. Mismamente como la jerarquía vaticana: adoctrinar para someter.

La misma jerarquía que autoriza sólo el método Ogino-Knaus como anticonceptivo, lo que lleva implícito dejar morir al óvulo que, según su dios, ha sido creado para concebir, dicen ellos. Y si ha sido creado para concebir, ¿cómo se atreven a dejarlo morir, desoyendo a su dios?

Y no quieren entender que la ley no va a obligar a nadie a abortar, sino facilitar a quien quiera hacerlo, que lo haga en libertad, con garantías sanitarias y sin tener que viajar al extranjero como siempre hacían las pudientes, teniéndose que conformar las humildes con abortos clandestinos, sin garantía sanitaria alguna.

Así, pues, se hace periodismo responsable en asuntos serios y delicados como el del aborto. Ganas me dan de irme otra vez al túmulo, pero no: la mayoría de las mujeres son inteligentes y da gusto tratarlas.