Vicente Luis Mora o/y hablar por hablar
Vicente Luis tiene un blog que os recomiendo, dedicado básicamente al i-pod y al libro electrónico, pero en el que también habla a veces de literatura. Hace años solía entrar y dejar mis ilustrados comentarios pero acabé por dejar de hacerlo: por una parte, el autor del blog optaba por no debatir conmigo, dijera lo que dijera; por otra, sus fieles comentaristas me llamaban maleducado por disentir y me invitaban a largarme llamándome de todo menos guapo. Es verdad que alguna vez me calenté (mal hecho) y les llamé "ignorantes" y cosas igualmente soeces. No es de extrañar que esos celosos guardianes del blog de Vicente Luis se calentaran a su vez y me llamaran "gilipollas", "comemierda", etc. (cito de memoria: si no eran esos epítetos eran otros igualmente expresivos). En cambio, con el propio VLM siempre he mantenido relaciones cordiales y respetuosas, a pesar de que defendiera más los insultos de sus acólitos que mis pequeñas ironías.
De vez en cuando vuelvo a entrar en su blog y sigo hallando en él motivos de regocijo. Os invito a compartir una de sus últimas entradas y mi contestación, que espero que colgará en su blog noblemente, como siempre ha hecho. Confío en no contravenir, al colgar su texto, ninguna ley de derechos de autor (al contrario, creo que él agradecerá que su pensamiento se difunda). Si fuera así, me corregiré al primer aviso. Ahí va su post y a continuación mi respuesta:
"Un párrafo de 1930 que suscribo en 2010 por completo. Los subrayados, aunque parezcan míos, son originales:
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"Otro grupo de críticos es el que, continuando los más antiguos métodos de la crítica filológica, sólo contempla la obra como tal, toma notas y hace fichas, pasa de largo por delante de las grandes conexiones, ejerce su oficio como cualquier otro artesano, escribe para las modestas necesidades diarias y sirve al filisteo medio a la hora del desayuno, junto al café o al chocolate, un artículo crítico salpicado de elementos tradicionales de cultura, preparado y bien aderezado para que no tenga más que llevárselo a la boca. No percibe ni remotamente los cambios de los tiempos, marcha por caminos trillados, opera con artilugios estilísticos rutinarios y archisabidos. No aparece por ningún lado en ella la capacidad ni el deseo de conocer la época ni la preocupación de velar con todas sus fuerzas por que también ese importante factor de mediación espiritual que es la crítica de la prensa contribuya de un modo determinante, dirigente, activo, a la construcción del tejido cultural en perpetua renovación. No se muestra capaz de pulsar el eterno movimiento que vibra en las cosas, sino que parte del punto de vista fijo e inconmovible de los conceptos tradicionales. El colmo de esta inercia de espíritu es el prospecto editorial como pauta para la crítica de libros, este pecado del espíritu, el más espantoso de todos, inventado por el demonio del vicio de la comodidad, este vaso de mentiras culturales y de amaños especulativos, una especie de anuncio comercial entreverado en el texto y pagado con un ejemplar de una obra más o menos valiosa. Quien sepa un poco de estas cosas, se queda aterrado viendo cuán extendido se halla este mal en la prensa pequeña y mediana (...), lo que hace que los juicios del verdadero crítico queden reducidos a voces aisladas y perdidas en medio del marasmo. (...) En todo caso, estamos ante un caso de ausencia de crítica (...) o de una falta de conciencia capaz de sobreponerse a toda clase de escrúpulos"; Detmar Heinrich Sarnetzki, "La ciencia literaria, la poesía y la crítica cotidiana" (1930), incluido en VVAA, Filosofía de la ciencia literaria; Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1984, pp. 508-509.
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Ejercicio para hoy: determinar cuántos de estos puntos pueden o no aplicarse a la crítica literaria española actual:
1. "continuando los más antiguos métodos de la crítica filológica"
2. "sólo contempla la obra como tal"
3. "pasa de largo por delante de las grandes conexiones"
4. "No percibe ni remotamente los cambios de los tiempos"
5. "marcha por caminos trillados, opera con artilugios estilísticos rutinarios y archisabidos"
6. "No aparece por ningún lado en ella la capacidad ni el deseo de conocer la época"
7. "un caso de ausencia de crítica (...) o de una falta de conciencia capaz de sobreponerse a toda clase de escrúpulos".
Hasta aquí la cita de Vicente y sus deberes de fin de semana para todo escolar que quiera perfeccionarse en esto de la futesa ilustrada. Ahora, mi humilde glosa:
"Hola holitaaa, como diría Ned Flanders. Mi intervención semestral ya se iba retrasando. Constato que las cosas han cambiado muy poco. Seguimos, amigo Vicente, incurriendo en los mismos vicios que te invalidan como crítico riguroso, salvo para la tropa aquiescente, que siempre estará ahí, fiel y guerrera. El asunto se parece mucho a lo de "la poesía actual...". Ahora es "la crítica actual...". Habría que empezar por lo básico: ¿qué crítica actual, qué críticos, dónde están los ejemplos? Claro que esas abusivas generalizaciones convienen a tus lectores, los cuales, quien más quien menos (¿se acentúa el "quien" en este caso? Me surge la duda. Yo creo que no), tiene una deuda que saldar con algún crítico y le viene de perlas.
Pero vayamos paso por paso. Contemplar la obra como tal. Bueno, yo creía que cuando uno analiza una obra debe contemplar precisamente esa obra. Pero yo soy de una escuela antigua y no hay que hacerme mucho caso.
Toma notas y hace fichas. Vaya, eso está pero que muy mal. No sabe ese crítico malvado que las cosas hay que hacerlas a la trágala, de cualquier manera, de memoria. Y si te equivocas en alguna cita o lo que sea, pues ahí nos lo comeremos con queso.
Salpicado de elementos tradicionales. Esto imagino que es una cosa muy gorda y muy mala. No creo que se refiera a tener en cuenta la tradición y todo el arte y la literatura heredados sino a algo avieso y sin duda errado, como tener un móvil sin cámara ni conexión a internet.
No percibir los cambios de los tiempos y operar con artilugios estilísticos rutinarios. Aquí la cosa se pone dura. Ese hombre, crítico mal intencionado como todos ellos, igual usa máquina de escribir en vez de ordenador. Aunque a lo mejor se refiere a recursos lingí¼ísticos. Bueno, si el señor Mora nos pone un ejemplo del individuo (por darle esa calificación) que practica tales trapacerías, quizá podamos condenar con mejores argumentos sus taimadas prácticas y su contumacia en no usar artilugios estilísticos más acordes con estos tiempos que nos han tocado.
No aparece por ningún lado la capacidad ni el deseo de conocer la época ni velar con todas sus fuerzas. Aquí ya no hay defensa posible. Este crítico (desconocido) es: o un irresponsable o un malvado. ¡No vela con todas sus fuerzas! Lo que quisiéramos saber (pero estamos seguros de que el señor Mora nos ilustrará al respecto) es por qué terribles arcanos, secretos o normas ha de "velar con todas sus fuerzas" el tal crítico. Porque yo releo el post y no me entero. Ah, espera, es que me confundió la sintáxis algo espesa: ha de velar porque la crítica de la prensa (que es un "factor de mediación espiritual") contribuya a crear tejido cultural. ¿Un factor de mediación espiritual? ¡Sapristi! ¿Estamos hablando de literatura o de espiritismo, religión, ovnis?
No pulsa el eterno movimiento que vibra en las cosas. Aquí ya me saturé y no me sale ni la ironía. Vicente, cambia de dealer, porque te están pasando una cosa muy chunga.
En fin, no sigo. Soy consciente de que estas necedades no las has escrito tú, amigo Vicente, sino otro indocumentado de hace muchos años, cuando uno podía decir tonterías al sabor de la boca y nadie se daba por enterado. Lo curioso es que un futurista acérrimo como tú, un Carlos Argentino Daneri del siglo XXI, tenga que recurrir a tontolinos de los años 30 para seguir sosteniendo las mismas vaguedades, los mismos tópicos y los mismos clichés que ya daban risa (a los espíritus medianamente ilustrados -me he quedado con la copla de la mediación espiritual-) en la época en que fueron escritos.
El rey está desnudo.
Un abrazo y un saludo afectuoso.
José Luis Piquero"
Apenas conozco la "crítica" de Vivente Luis Mora, lo conozco como poeta y prefiero no leerlo. En un libro de poemas aguanto dos o tres "chorradas", pero cuando estas se convierten en más de medio libro... paso y lo cierro. Lo del "asunto nocilla" me deja estupefacto, al igual que la serie perdidos. Por mucho que "intente" leerlos, no me entero absolutamente de nada, pero de nada: estoy como al principio. Me da por pensar si soy un completo gilipollas, un ignorante que es incapaz de entender estas "genialidades", o, si bien, son ellos los que sufren "diarrea literaria". En cualquier caso, ya estoy vacunado.
Un abrazo.
pd: me encanta la entrada.