Un poema de Olga Bernad

RECTAS
Sólo tú, nadie más, nadie me mira.
Solamente tu nombre me envenena.
Las rectas que imagino se parecen
a los días en los que pienso en ti:
encrucijada de crucifixiones
y delirio de dudas y destinos.
Algo como un dolor de despedida
y un fiero amor; navajas de juguete
en la espina dorsal de los caminos.
La vida es un enorme precipicio,
lo que queda delante de la vista.
Sólo la fe dibuja líneas rectas
y busca rectos versos en sus filos.
Gracias por esa lectura, José Luis, y muchas gracias por traerte una caricia a tu guarida. Ha sido una sorpresa muy bonita.