"Simulacro", de Rafael Suárez Plácido
Tengo en mis manos un libro que he esperado mucho tiempo. Se trata de Simulacro (La Isla de Siltolá, Sevilla), de Rafael Suárez Plácido, sin duda uno de los poemarios del año, para este lector. Y no porque el autor sea amigo mío (tengo otros amigos que también publican libros y hay muchos libros que me gustan de gentes que no conozco). Una poesía de una narratividad ya directa ya elíptica, que reconstruye diversas historias emocionales y siempre hurga en las heridas, arañando el hueso para llegar al meollo de la cruda verdad. Creo que es un libro que hay que leer en su conjunto para acabar de comprenderlo, así que esta muestra no le hará justicia. Si mi criterio como lector os es fiable, conseguidlo, del modo que sea. La muestra:
ONCE MESES AL AÑO
Siempre que he querido atravesar una puerta,
o quedarme en algún sitio, o desplazarme,
había detrás una mujer
que lo explicaba todo.
Y no hablo de hechos más o menos recientes
de la Historia, ni de estos últimos siete años,
estos últimos siglos, ni como decíamos ayer, cada día, cada hora.
Ni de la juventud, ni de la madurez,
en eso también fui muy precoz,
pero cuando pienso en las mujeres canarias,
no es que me cueste,
es que todo ha quedado oscurecido.
Mi cuerpo herido.
aquellos días luminosos,
¡oh, Rafa, tus pirámides!,
el vientre de esa mujer,
el mar,
las violetas asesinas.
Todo ha quedado oscurecido.
Breña Alta o La Breña,
"si no se especifica, es siempre Alta"
me dijo ella en La Palma,
tierra de tabacos, vinos y volcanes
vivos
once meses al año
(ahora que lo pienso
no estoy tan seguro de lo de los vinos).
Mientras tanto la espero.
He quitado mayo -ya no existe- de los calendarios.
ONCE MESES AL AÑO
Siempre que he querido atravesar una puerta,
o quedarme en algún sitio, o desplazarme,
había detrás una mujer
que lo explicaba todo.
Y no hablo de hechos más o menos recientes
de la Historia, ni de estos últimos siete años,
estos últimos siglos, ni como decíamos ayer, cada día, cada hora.
Ni de la juventud, ni de la madurez,
en eso también fui muy precoz,
pero cuando pienso en las mujeres canarias,
no es que me cueste,
es que todo ha quedado oscurecido.
Mi cuerpo herido.
aquellos días luminosos,
¡oh, Rafa, tus pirámides!,
el vientre de esa mujer,
el mar,
las violetas asesinas.
Todo ha quedado oscurecido.
Breña Alta o La Breña,
"si no se especifica, es siempre Alta"
me dijo ella en La Palma,
tierra de tabacos, vinos y volcanes
vivos
once meses al año
(ahora que lo pienso
no estoy tan seguro de lo de los vinos).
Mientras tanto la espero.
He quitado mayo -ya no existe- de los calendarios.
Agradezco muchísimo tus palabras.
Un abrazo-