Regalos

Me aferro a todos los asideros. Hoy mismo (casualmente, tras el post anterior) me llega el correo lleno de regalos, todos de la editorial Navona: ejemplares de mi traducción de El sacrilegio de Alan Kent, de Erskine Caldwell; Una cama sumamente extraña, de William Wilkie Collins, traducido por Joachim De Nys y con prólogo mío; y Armonía, de Eduard von Keyserling, que ha traducido mi amigo Xandru Fernández. Además, Marisa Trigo, de Navona, me envía la edición original de Georgia Press del libro de Caldwell, con unos grabados preciosos, porque sabía que me encantaba. Mil gracias.

"A medio camino entre la novela y la prosa poética, tan pronto tierna como sobrecogedora, El sacrilegio de Alan Kent es el retrato de un vagabundo -alguien cuyas raíces son la tierra misma- y una crónica de la dura existencia en el profundo Sur durante los años de la Gran Depresión. Prostitutas y granjeros, negros extenuados y blancos pobres, los supervivientes en fin de la lucha por la vida, pueblan estas páginas escritas con desenfrenado lirismo e intensa compasión por el destino del ser humano.
A través de fulgurantes párrafos que van desde unas pocas líneas a una única frase rotunda y demoledora, Erskine Caldwell depura el lenguaje hasta el extremo para ofrecernos una visión desesperanzada de la búsqueda de la felicidad, logrando una obra maestra que, si comparte muchos de los rasgos de anteriores novelas suyas, como El camino del tabaco o La parcela de Dios, se aparta de estas para explorar modelos expresivos inéditos, nuevas formas de narrar".
Enhorabuena, una vez más.
Un abrazo
Ernesto