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Otra Semana Santa

En estos días de fanatismo y sordidez religiosa debería decir algo. Pero me remito a lo que dije hace dos años y que sigo pensando ahora, incrementado por dos: https://minombre.es/joseluispiquero/2008/03/27/adieu-semana-santa/

Mientras tiene lugar la "fiesta" tribal, heredada de los malvados ritos con que la Iglesia mantenía acojonado al pueblo en la Edad Media, yo dedico mi tiempo a traducir a Saki, a tomar el sol y a mantenerme lo más lejos posible de los fantasmones del meapilismo nacional. Creo que celebraré la Semana Santa entregándome al sexo en grupo. Yo sí amo la vida.
archivado en:
Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
01/04/2010 04:44

¿Al sexo en grupo? Eso tendrás que explicarlo algo más... Digo yo...

Alfredo Rodriguez
Alfredo Rodriguez dice:
01/04/2010 09:40

Pues completamente de acuerdo contigo, querido José Luis. El espectáculo de estos días es patético. Ese ritual sangriento gratuito, ese recrearse, regocijarse en el dolor y la sangre, esa hipocresia individual y social, ese fariseismo de las lágrimas por televisión..., ese extraño oscurantismo, en fin, me parece lamentable. Algo a extinguir. Casi prefiero las corridas de toros, fíjate lo que te digo... Creo que son más dignas.
Cada vez estoy más convencido de que el Catolicismo oscureció el mundo. Apagó todas las luces y nos dejó ciegos.
Yo también voto por el sexo en grupo, me apunto. Ah!, y comeré carne el viernes, por supuesto, el viernes, el sábado y hasta el domingo de resurrección. Estos días leeré al Marqués de Sade, la Memorias de Casanova y los sonetos lujuriosos de Pietro Aretino, con los que me mondo. Sigo esperando pacientemente tus MONSTRUOS PERFECTOS (con los de Renacimiento hay que tener mucha paciencia, van a su ritmo, ritmo caribeño...) y mientras, entretengo feliz la espera con tu FIN DE SEMANA PERDIDO, con toda esa experiencia tuya directa, en crudo, y esa placentera provocación. Abrazos desde la Pamplona más lluviosa y obscura.

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
01/04/2010 15:01

sexo en grupo..., bien, Pepeluí, biennnnn!. Si otros hacen penitencia en grupo, qué coño, pues otros a joder, que es más sano, más terapeutico y más agradable

Olga B.
Olga B. dice:
02/04/2010 01:22

Me he leído también la entrada que enlazas y todos sus comentarios. Yo estaría bastante de acuerdo con la primera intervención del tal Gordons. Además, quizá por experiencia vital asimilas la Semana Santa al franquismo y su tufillo, pero esa es una simplificación. Esos símbolos no son suyos. A mí, personalmente, que soy heredera de una educación católica en el colegio y atea en mi casa, me quedan todas las dudas de la fe, y una absoluta fascinación (incluso estética) por la Semana Santa. Es, con diferencia, lo que más me gusta del calendario litúrgico. Recoge y sintetiza la oscuridad y la muerte, sus ritos han asimilado siglos de miedo ante el final, esa cosa tan cierta precisamente porque nos gusta vivir. Para los creyentes, es también la luz. Es una mezcla potente que me impresiona hasta la médula. Me gusta el estruendo repentino de tambores en Calanda cuando se rompe la hora. Es un gesto contundente que te atrapa, como todas las cosas, si te dejas. Incluso hay sordos que viene a verlo porque el temblor del aire se puede tocar como un cuerpo, sólo hace falta extender la mano. Yo también amo la vida, no te creas, aunque nunca he hecho sexo en grupo. Me da corte, la verdad. Y me leí al marqués de Sade hace mucho.
De todas formas, que disfrutes estos días como tú quieras y que los disfrutes mucho;-)
Un beso.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
02/04/2010 02:31

Vaya, todo el mundo menciona lo del sexo en grupo. Como decía el gran Rubén: toda exégesis eludo. Eso, sí, Olga, la mención del marqués de Sade en la misma frase en la que hablas del sexo en grupo no es pertinente. Es como juntar a todos los que tienen bigote con Stalin. Es mezclar churras con merinas. Que el marqués practicara el sexo en grupo no tiene nada que ver con El Sexo En Grupo. También Sade comería lentejas alguna vez, digo yo, igual que yo las he comido, y no hay relación entre él y yo.
Olga: tu experiencia de la Semana Santa me parece muy bien. El 80 por ciento de los españoles (seguro que me quedo corto) estarán de acuerdo contigo. Yo la veo de otra manera.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Conste que respeto la libertad de cada cual. Sólo era una pataleta ante la contaminación ambiental, televisiva, etc. de la Semana Santa, cuyos fundamentos además rechazo. A menudo, gente que va a la Semana Santa (y a tomarse las copas de después del paso) se ríen de cosas que forman parte de mí, en las que yo creo firmemente. Yo ejerzo el mismo derecho a la disensión. No entiendo cuál es el problema. Ellos actúan y piensan de una manera y lo expresan; y yo hago lo mismo. Se llama democracia.
Abrazos a todos.

bruno suarez
bruno suarez dice:
02/04/2010 02:31

Desde el descreimiento más absoluto, desde la incertidumbre existencial,desde la oquedad de las esquinas, desde los tangos maravillosos que estoy oyendo mientras escribo esto, digo: amo el sexo en todas sus variantes, también la incertidumbre y la deriva, incluso el naufragio, propio de todo ser humano y desdeño la oficialidad religiosa, pero no aquello que surge del hondo sentir de nuestra condición humana, una de cuyas vertientes es buscar explicación de por qué coño estamos aquí y para qué, y ahí, como la poesía, también está la naturaleza espiritual del ser humano, las religiones, así, en plural. Y es que nosotros, pobrecitos, precisamos de "tablas de salvación" que nos ayuden a flotar en este vaivén que significa vivir. Desde ahí, desde ese impreciso punto geográfico de la cartografía humana reivindico la carne, y también algo que no sé racionalmente en qué consiste pero está presente: el hombre mira al cielo y éste no responde, por eso seguimos mirándolo. Quizá la persistencia de nuestra inquisición acabe fusionándonos. Carne -maravillosa, siempre bienvenida, pero también dulzura de tacto que nos dibuja y otorga pistas sobre nosotros mismos. Vivan el sexo y la incógnita, vivan la vida y el llanto irracional provocado por cualquier gesto. Amo la vida y todo de cuanto ella desconozco. No quiero límites, solo posibilidades de interpretación, y ahí estamos todos. ¿Qué es la religión si no una metáfora creada por el hombre? Un intento vano, como todo, de querer entender un poco por qué deambulamos por este camino lleno de deseo, ayuno, tibieza, desolado de silencio. Viva todo cuanto nos haga sentir, venga de acá o de allá, todo cuanto nos relativice. De todo ello estamos hechos: espíritu, mansa arena, carne triunfal que deviene en nada. !Cuánta grandeza en tan poco camino! Por todos nosotros, los que vamos, los que vienen, los que nos cruzamos, por la miradas que se cruzan, por las derrotas de la cobardía, por ser humanos, vivamos. Os quiero anónimos amigos, porque viajamos en la misma dirección desde distintos puertos de partida. Nos encontraremos y haremos una orgía cósmica. Porque estar vivo y compartirlo es un éxtasis. Te quiero, Jose Luis, os quiero, visitantes de esta página. Ojalá algún día nuestras bocas sean una boca, inmensa y definitiva. Deseo una orgía cósmica de pollas y coños donde encontrar la tibieza y calidez que nos une a todos. Ser libre para follaros y que me folléis, para amaros y que me améis.

Olga B
Olga B dice:
02/04/2010 13:00

José Luis, no seas suspicaz, leí todos los comentarios y las dos entradas, la mención del marqués de Sade venía porque uno de los comentaristas había explicado su opción para disfrutar de estos días leyendo a Sade, Casanova y Pietro Aretino, desde una perspectiva erótico festiva. Así lo nombraba yo, porque así lo leí. No creo que mi manera de disfrutar la Semana Santa sea la del 80 por ciento de los españoles, pero me da lo mismo estar en un porcentaje o en otro, hace tiempo que esas cosas no me hacen sufrir. La contaminación ambiental es cierta, no hay ningún problema en reconocer eso, y también que mucha de esa gente se ríe de cosas que son importantes para ti, pero yo no suelo reírme ni de ellos (entre otras cosas porque no me hacen gracia) sólo pretendía decir que hay hechos que se viven desde dentro y están sin contaminar.
Bueno, y yo hoy voy a comer lentejas;-)
Otro beso.

Sir Charles
Sir Charles dice:
02/04/2010 13:40

En epoca de Franco, en Mieres, cerraba todo. Cines, teatros, discotecas...era como una obligacion estar triste y lloroso porque mataban a jesus...y eso que lo mataban los romanos y los judios, no nosotros. La diversión no cabía en la semana de pasion...¿no cabía? Bueno, como siempre en las dictaduras en las que todo se prohibe, todo se consigue. Asi que había bares y discotecas en las que se entraba por el callejón lateral, picando con los nudillos en la puerta de emergencia. Era el caso de Baby`s por ejemplo, si eras conocido de la casa podias entrar o bares como La Terraza en la Villa, el bar de Aurelión y su parienta, aquella mujer tan fea y prestamista, tan identica a la vieja de Crimen y castigo , solo que a esta no la mató Raskolnikov.
Asi que si, había prohibiciones y nos las saltabamos como se ha hecho y se hará siempre, que es muy dificil domeñar a toda la gente todo el tiempo. Casi imposible.
PD Salud y anarquía.

Juan Manuel Macias
Juan Manuel Macias dice:
02/04/2010 14:58

Hala, pecador. Vas a salir en Intereconomía...
Bueno, ya los griegos y los romanos hacían procesiones, y tenían sus querellas cofrades, y ritos igual o más siniestros. Digo esto por si a alguien se le puede ocurrir una cierta nostalgia pagana. No creo que el mundo estuviera menos oscuro antes de la llegada del catolicismo (que es un invento griego, como dice muy atinadamente el profesor Piñero). Me temo que los griegos nunca comprendieron a Homero, ni a Safo. En cuanto a lo de las procesiones de hogaño, pues eso, que son más un negocio turístico, una tradición en conserva como otra cualquiera, como las Fallas o la tomatina. Habrá quien las viva y habrá quien no las viva, como yo. Pero a mí tampoco me gustan las fiestas de mi pueblo. Si algo hemos ganado, es que ya no hay imposición de estado feudal-católico. La calle es libre. Un día la llenarán los nazarenos esos, otro el hare krisna, y otro los del orgullo gay. Ni tampoco nos imponen los pedazo de peliculones bíblicos de cinco horas. En fin, básicamente uno hace lo que quiere. Aunque, claro, por vivir en ciertos puntos calientes de las fechas, como Sevilla, tiene que se más difícil la abstracción.
La calidad literaria de Sade la veo más bien justita (o justina). A mí me gusta más la pornografía culterana y pseudodecadente de Pierre Louí¿s (recomiendo la espléndida traducción de las Chansons de Bilitis en Valdemar).
Y he acabado mi comentario sin una sola referencia al sexo en grupo, pa que veas :-)
Un abrazo.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
02/04/2010 22:52

Sir Charles, tiempos de clandestenidad hasta para divertirse, qué cosas.
Juan Manuel: Yo sólo conozco la versión publicada hace años en Visor, no recuerdo quién era el traductor. Pero, aparte de las "Canciones de Bilitis", Louí¿s tiene algún otro divertimento erótico-festivo, como la "Historia del rey Gozalo y las nueve princesas". Como diría un amigo mío de Plasencia, era un "calentorrillo".
Abrazos.

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
03/04/2010 06:51

¿Cómo que no conoces la versión de Valdemar, si me convenciste para que la comprara (es cierto: soy fácil) en la librería de Oviedo... ¿Saltés? en la que estuvimos.
Aynsss... qué cabeza...
A ver si los curas van a tener razón y tanto sexo...

Josep Carles
Josep Carles dice:
05/04/2010 18:35

Querido José Luis:
La Semana Santa no es la celebración de la muerte, sino de la vida. Por eso las Navidades son dolorosas, porque Yeshúa nace para morir; y por eso el Domingo de Resurrección es esplendoroso, porque muere para vivir eternamente, más allá de la muerte y del mundo.
Estoy de acuerdo contigo en lo de las imágenes. Me producen cierta distancia. Por otro lado, lo peor es el descreimiento mayoritario (y no me refiero a los ateos como tú). Observar las caras de la gente que estaba en la basílica de S. Pedro de la Ciudad del Vaticano (no de Roma) en la celebración del Triduo Pascual era lamentable: mirando para todos los lados, sin corbata, piernas cruzadas... Ni el menor respeto.
Se habría de vivir la Semana Santa con espíritu franciscano. Recluido en uno, en silencio, rezando a modo, meditando, olvidando lo exterior.
Un beso.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
07/04/2010 02:30

Josep Carles, si te escandaliza lo de ir sin corbata yo te podría hablar de los romeros entrando a la ermita de la Virgen de la Bella, en Lepe, con el cubata en la mano. Visto con estos ojos.
Abrazos.