Usted está aquí: Inicio / José Luis Piquero / Blog / Nimiedades

Nimiedades

Días de inmenso calor que combato sentándome a leer al fresco, haciendo incursiones en la piscina y, lo que más me relaja: trabajando en mi despacho, mi habitación preferida de esta casa. Es asqueroso lo que me gusta mi trabajo. ¿Os acordáis de aquel tebeo de "La familia Churumbel? Eran tiempos de incorrección política y trataba de una familia de gitanos que se pasaban el día "afanando" y no dando golpe y sólo había uno que era muy trabajador y siempre estaba haciendo chapuzas y era la oveja negra de la familia. "A quién habrá salío este mushasho", decía el patriarca con disgusto. Pues yo me parezco a ese. Pero no es para dar envidia: soy más pobre que las ratas. Y en cuanto a la piscina, creedme, no es signo de lujo: aquí va de serie con las casas, como en Asturias el parquet.
Actualmente traduzco a Conan Doyle, tengo un par de colaboraciones en prensa, estoy de jurado en un par de concursos y, dejando atrás la parte mercenaria, corrijo las pruebas de mi próximo libro, El fin de semana perdido, que saldrá tras el verano. Leo cosas dispersas: los cuentos de Scott Fitzgerald publicados por Navona y poemas de amigos lejanos y cercanos: Anne Sexton, Vicente García, José Luis Argí¼elles... Me pongo al día con blogs que me gustan porque en ellos habla gente inteligente que dice cosas (no como yo, que sólo os cuento mis nimiedades cotidianas) y leo por refocilarme en lo peor del género humano blogs de gentes mezquinas, frustradas y envidiosas que intentan medrar criticando a quienes son mejores que ellos. La maravillosa libertad de internet: lo mejor y lo peor en un totum revolutum (¿lo he escrito bien? No se me dan bien los latines): y lo mejor de internet: nuestra libertad para juzgar.

He estado pensando en eso: ya sé que en mi blog no cuelgo reseñas ni doy cuenta de lo que leo ni anoto comentarios interesantes. Hace tiempo que quería deciros que no es que sea medio tonto. Es que concibo este blog como una especie de diario que algún día me servirá de bitacora personal, para recordar qué hacía, a dónde viajaba... cosas así. En fin, que yo comprendo que las cosas que anoto no son necesariamente de interés general y, aún así, me abruman las estadísticas de visitas (que no os revelaré porque pensaréis que os vacilo). Bueno, me estoy enrollando. El blog que yo quisiera tener, en abstracto, sería uno como el de Jorge Ordaz o el de Martín López-Vega, algo literario, en mi estilo. Al fin y al cabo, hago crítica literaria y leo mucho. Pero no es así.

Si entráis y os sentís identificados con alguna cosa o si alguna vez os hago reir, me considero satisfecho. Yo me divierto mucho contando que vengo agotado de Sevilla o que voy a publicar una traducción de Saki. Y va, reconocedme que los fragmentos de memorias inéditas tienen miga... Pronto colgaré otra entrega.

Este sábado me voy a Setúbal un par de días. Quizá me dé una vuelta por Lisboa, algo que para mí será tremebundo porque la última vez que estuve fue en circunstancias muy distintas a esta. Pero hay que reconquistar espacios. Hasta la vuelta, mes enfants.
archivado en:
RA
RA dice:
30/05/2009 11:48

AHOJ,
A POR LA RECONQUISTA QUE PARA ESO ERES ASTURIANO Y LO LLEVAS EN LA SANGRE, Y NO SOLO DE TERRITORIOS SINO TAMBIÉN DE MUNDOS SOÑADOS POR LOS ÁNGELES.
BESINOS, RA.

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
30/05/2009 12:27

¡Coño...! Pues me ha gustado eso de "reconquistar espacios", casi tanto como aquella otra genial expresión que te tomé prestada: "putapénicos". Te confieso que ahora la uso sin pudor cuando quiero referirme a los chuflas que me rodean.
Un abrazo José Luís.

arati
arati dice:
30/05/2009 13:21

No sólo de blogs sesudos o malévolos vive la blogósfera, menos mal. También estamos los intrascendentes, curiosos y personales. Bon voyage mes enfants.

Santiago Bertault
Santiago Bertault dice:
30/05/2009 16:31

Es lo bueno del blog, la libertad que te da para escribir y colgar lo que sea.
Un blog creo que suele decir mucho de una persona.
Saludos

Nanu
Nanu dice:
31/05/2009 21:36

Pues a mi me encanta leer este blog cuando nos hablas de cosas cotidianas como el calor que hace o tus avances en el trabajo.Me gusta cuando hablas de tus amigos, de sentimientos,de vida.Lo importante es eso,vivir,poderlo compartir con quien tu quieras..bueno disfruta en Setubal y en Lisboa.
Besos
Manu

tomas rivero fernandez
tomas rivero fernandez dice:
01/06/2009 11:28

Dos comentarios. Me encanta Lisboa. Estuve "echando una mano" durante la revolución de los claveles, comiendo bacalao, haciendo blues con mi armónica y la guitarra de un "yeti" polaco, coleccionista de palabras, en la Plaza del Rossio. Y cantando con Paco Ibáñez en un pabellón deportivo. Hermosa Lisboa. No he vuelto. Su ausencia ahonda en mi nostalgia. De tantas cosas: la revolución, el amor, los amigos. Como una Venecia, que triste estoy sin ti.
Jose, hasta ahora no me he reído, pero me parece interesante que enfoques este blog como el que tú quisieras tener, uno tipo "algo literario", abandonar un poco los alrededores del realismo. Aunque la periferia siempre puso la chusma y el asador, también lo marginal aguanta su palo literario. Y que la vanguardia escoja. Como Quevedo entre sus flores.

Adolfo Gonzalez
Adolfo Gonzalez dice:
01/06/2009 14:50

Hola, José Luis.

Si te sobran, podías pasarme algún trabajo de esos. Que me estoy quedando flaco, muy flaco. Tengo miedo a esfumarme de tan flaco que estoy. Y del bolsillo sólo puedo sacar imaginación. Gracias, al menos, por escuchar. Y extiendo mi disposición a otros trabajos que puedan ofrecerme quien lea mi comentario.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
01/06/2009 23:29

Muchas gracias a todos. Adolfo: no me sobran. Ojalá. De verdad que soy pobre como las ratas. Y seguro que estoy más flaco que tú.

Jorge Ordaz
Jorge Ordaz dice:
01/06/2009 23:58

Cada uno encuentra en los blogs de los demás cosas que le gustaría tener en el suyo, pero a mi me gusta tu blog porque es el tuyo...así de sencillo. Por cierto, la semana que viene voy a Barcelona y veré a Joan Capdevila, a ver qué proyectos me cuenta. Y ya leí tu excelente Reginald de Saki, en la nueva colección Breves Reencuentros.
Un abrazo.