Más fantasmas de saldo
He vuelto a hacerlo. Me acuso, padre, de haber vuelto a pecar. He buscado por internet y me he puesto "un Iker", osease: he visto otro programa de "Cuarto milenio". En esta ocasión se lo curraron. Han cogido a un psiquiatra habitual del espacio, alguien que en teoría estudió una carrera pero que por unos cuantos cientos de euros está dispuesto a hacer el ridículo y vender su alma al diablo, y lo han soltado en un teatro lleno de fantasmas y con una cámara de infrarrojos. Enseguida notó una presencia, luego notó frío, luego notó que había que animar la cuestión y ya hablaba de manifestaciones. Con sus entrecortadas palabras montaron todo un horror show, tal que si se hubiera visto pasar un fantasma con sábana y cadenas. No se vio nada, claro, pero era suficiente con la voz del tonto útil filmado en blanco y negro y diciendo: "Noto que hay alguien detrás de mí".
He dicho tonto útil y he dicho mal. Este de tonto no tiene un pelo. Tonto sería si se creyese las majaderías. Este es un listo. Como Iker y sus secuaces, que no creen en nada. Los tontos son los que ven esto y se lo creen.
Y mucho más tonto soy yo que entro a verlo. Aunque en mi defensa puedo alegar que lo hago por amor al arte; porque me gusta -para mejor saber de la naturaleza humana- ver a seres racionales mintiendo, diciendo estupideces, desvariando y progresando en la vida por el expeditivo método de reírse de sus semejantes.
Oh, credulidad. Oh, negocio...
He dicho tonto útil y he dicho mal. Este de tonto no tiene un pelo. Tonto sería si se creyese las majaderías. Este es un listo. Como Iker y sus secuaces, que no creen en nada. Los tontos son los que ven esto y se lo creen.
Y mucho más tonto soy yo que entro a verlo. Aunque en mi defensa puedo alegar que lo hago por amor al arte; porque me gusta -para mejor saber de la naturaleza humana- ver a seres racionales mintiendo, diciendo estupideces, desvariando y progresando en la vida por el expeditivo método de reírse de sus semejantes.
Oh, credulidad. Oh, negocio...
Ya sé cual es uno de tus miedos: los fantasmas, está claro. Si no, no tendrías esa fijación por ver esos programas de saldo que tanto te indignan. Otra posibilidad es que disfrutes indignándote y te provoques tu mismo el orgasmo indignante para darte placer, al volver a ver esos programas." Sálvame"ya no te "indigna"?