Juan Luis Panero (2)
Una familia grandiosa. Escribí alguna vez que me gustaban todos los Panero. Leopoldo Panero, Juan Luis, Leopoldo María, Michi (que apenas escribió pero hizo de la vida un arte maravilloso y sórdido) e incluso Juan Panero (que escribió poquísimo). Pero mi favorito siempre ha sido Juan Luis, a cuyos poemas termino por volver en algún momento.
De hecho nos conocimos. Hace veinte años coincidimos ambos invitados a un congreso de poesía. Llamé una tarde a su habitación y le pregunté si le apetecería tomarse una copa conmigo. Quedamos en la cafetería del hotel. Yo temía que me preguntase: "¿De qué querías hablar?". No hizo falta. Llegó, se pidió un whisky, empezó a hablar y no dejó de hacerlo en las dos horas siguientes, justo lo que yo deseaba. Muy al final de la tarde se nos unieron Luis Antonio de Villena y Almudena Guzmán. Hay poetas que uno admira y que luego, en persona, decepcionan. No fue el caso de Juan Luis Panero.
Su poesía, fulgor y desencanto, nutrida con la propia vida y con la literatura, es una de las obra poéticas fundamentales del último medio siglo. Se ha ido uno de los más grandes. Yo aquí y ahora digo mi deuda.
No he leído a ningún Panero, reconozco mi limitada cultura poética, si acaso algo de Leopoldo. Vi la película El Desencanto y me pareció interesante, aunque todos los hermanos me resultaron muy histriónicos, en especial Juan Luis.
El otro día leyendo en prensa la noticia de la defunción, alguien, no sé si Trapiello o Marías, pero no me hagas caso, comentaba que el mejor poeta de la familia, fuera aparte sus ideas políticas, había sido el padre.