José Luis Piquero en París
Mi amigo Pablo Antón Marín Estrada acaba de volver de París con una historia casi increíble que me afecta directamente. Pablo formaba parte de la delegación del Principado en Expolangues y allí, durante un ágape, conoció a un francés de origen asturiano. Sus padres, comunistas, se habían exiliado tras la guerra y él nació en París, donde ha vivido siempre. Charlaron un rato y salió a relucir que al hombre le gustaba la poesía. A continuación, interrogado sobre sus poetas españoles favoritos, dijo mi nombre en primer lugar y comentó con calor algunos de mis poemas.
Hasta aquí la historia tiene un pasar. Uno encuentra lectores donde menos se lo espera. Lo que no es tan normal es que el nombre del individuo fuera... José Luis Piquero. Exacto: mi lector se llamaba como yo. ¿Y cómo llegó a mi poesía? Un amigo ocioso introdujo su nombre en google y dio con mis poemas.
Antes dije que la familia de este José Luis Piquero era asturiana. Añado, más concretamente: de Mieres. Mi madre ha estado dándole vueltas y dice que no hay ningún parentesco, que Piqueros hay unos cuantos por toda la Cuenca.
Dice bien Pablo Antón: el azar y la realidad son más sorprendentes que la imaginación. Amigo José Luis Piquero: si llegas por nuevos azares a estas líneas, me gustaría saber algo más de ti. Tenemos mucho en común...
En esa anécdota puede estar el germen de un relato apasionante. Me lo pido ;)