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JLP, Pelayo Fueyo, Eva Vaz. Oviedo, julio 2010

jlp-pelayo-fueyo-eva-vaz La tomó Eva pequeña este verano. Me gusta esta foto. Pelayo y yo nos conocimos en el instituto, hace cerca de treinta años. Desde entonces no hemos dejado de hablar: de poesía y de absolutamente todo. Hemos crecido juntos como poetas y hemos visto lo que nos ha sido deparado ver. Y lo que nos queda.

Si queréis enlaces a la poesía de Pelayo Fueyo, aquí va uno en el que podéis leer íntegro su libro Memoria de un espejo, uno de los mejores poemarios, sin duda, de la pasada década: http://www.portaldepoesia.com/Biblioteca/Pelayo_Fueyo.htm

(En los comentarios a esta entrada figura una reseña mía sobre la Poesía completa de Pelayo).
archivado en:
Miguel Angel Gomez
Miguel Angel Gomez dice:
20/08/2010 01:14

No te falta razón. Gran libro "Memoria de un espejo". Y, como no, su "Poesía completa" editada en 2oo8 por Pre-textos.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
20/08/2010 02:17

Miguel Ángel, tu comentario me anima a colgar aquí la reseña sobre su "Poesía completa" que escribí en su momento y que se publicó en "Clarín":

EL POETA Y LA DAGA

Poesía completa
Pelayo Fueyo
Pre-Textos, 256 páginas.


Cabría preguntarse por qué la obra de Pelayo Fueyo (Oviedo, 1967) no ha alcanzado el puesto que merecía en la poesía española. Es cierto que figura en algunas antologías importantes y que sus últimos libros han sido publicados por editoriales de primera línea. Pero, con todo y con eso, su trascendencia está por debajo de su calidad y no es el nombre indiscutible que debería ser. Si la poesía es un género minoritario, y parece ser que lo es, Pelayo Fueyo es aún más minoritario: acáso un poeta de culto, apreciado por unos pocos; un raro entre los raros.
Fueyo ha publicado ahora su Poesía completa (tal es el soso título) y quizá sea esta una estupenda oportunidad para darse a conocer entre un público más amplio. Es la ocasión, al menos, de revisar una obra llena de complejidades, coherente consigo misma desde los primeros textos a los últimos; una obra que se nutre de pensamiento y de experiencia y de la propia literatura para ir siempre un poco más allá de lo inmediato, de lo evidente y consabido.
La alegoría, lo arcano, la paradoja, el secreto encerrado en una caja cuyo contenido sólo podemos conjeturar... Con esos materiales construye Pelayo Fueyo sus poemas, que parten siempre de la realidad cotidiana para indagar luego sus misterios significativos, todo aquello que no se aprecia con un vistazo. Unos pocos símbolos se repiten de continuo: el espejo, el reloj de arena, la rosa, el guiñol... Objetos y formas que sirven para tratar de explicar la infancia o el encuentro amoroso, que se convierten en vehículos para un conocimiento más hondo de la existencia y sus asombros.
Su primer libro, Memoria de un espejo (1990), rastrea la propia identidad, reconociendo, como Alicia, un mundo paralelo de significados en donde las preguntas del pasado nos llevan a algunas respuestas y a nuevas perplejidades: ¿qué nos ha dado el tiempo? ¿Qué hay detrás de las máscaras? ¿Somos el original de nosotros mismos o una mera copia adornada de rutinas? Hay en estos poemas una angustia atormentada y un ansia por eludir el desconcierto, pago habitual de los que buscan ese secreto encerrado, ese arcano. Un tono pesimista que ya no dejará de impregnar las sucesivas entregas.
En El mirador (1992) se interroga a los objetos: el tablero de ajedrez, la caracola, el atlas o el baúl abierto. Da la impresión de que la identidad tan trabajosamente buscada se difumina en presencia de las cosas. Surge entonces el apetito de no ser, o más bien de no estar; un deseo de otredad que limpiaría la mirada para ver con mayor claridad el mundo que nos rodea: "En el cuadro hay un hombre que, desde un malecón, / contempla el horizonte, por el que cruza un barco. / El hombre que yo hubiera deseado haber sido / mira desde ese barco hacia ese malecón, / sin ser representado, sin poder ver a nadie / más que a mí contemplando el cuadro que lo ignora".
Existe una cierta continuidad entre los dos libros siguientes, Parábola del desertor (1997) y La herencia del silencio (2003): poemas de pensamiento más puro, más analítico, en los que las alegorías se hacen transparentes y, quizá paradójicamente, las emociones pasan a primer plano. Abundan los poemas amorosos y los homenajes literarios: Hí¶lderlin, Trakl, Rilke, Pessoa o Leopoldo María Panero entre los estrictamente contemporáneos. Esos nombres, junto a los de Borges, los poetas simbolistas franceses y el 27 español constituyen otros tantos puntos de referencia para orientarse en una poesía que nunca resulta fácil ni evidente, que siempre parece decirnos que hay una puerta aún por cruzar y que el premio será el conocimiento o nada.
A los títulos publicados, Fueyo añade en su Poesía completa un poemario inédito, La danza del ocioso, que retoma todas sus obsesiones (la infancia, el asombro amoroso, la identidad, la muerte) con procedimientos como el monólogo del arquetipo (un actor, un moribundo, un loco) o el poema-relato de tintes metafísicos. Es acaso la obra donde Fueyo resulta más claro, sin dejar de ser complejo, donde la carga experiencial adquiere más relevancia, aunque lo que de verdad interese al poeta es, de nuevo, aquello que está detrás, que no se hace patente a la mirada.
Poesía difícil, apta sólo para paladares entrenados (lo que quizá explique su caracter minoritario), la obra de Pelayo Fueyo ha ido creciendo en hondura a cada nueva entrega y aceptando mayores retos. En una elocuente fábula borgiana, leímos cómo un rey premiaba a tres poetas: al correcto y canónico, un espejo de plata; al que emocionaba y deslumbraba, una máscara de oro; al que contemplaba la belleza prohibida, una daga para morir. Pelayo Fueyo pertenece a esta última estirpe.


José Luis Piquero

Vicente Garcia
Vicente Garcia dice:
20/08/2010 06:42

Estoy de acuerdo con la reseña (he leído su poesía completa). La obra de Pelayo consigue, bajo su aparente sequedad, momentos de emoción.

Ernesto Frattarola
Ernesto Frattarola dice:
20/08/2010 11:04

Reconozco no haber oído hablar antes de Pelayo Fueyo. Gracias por el post y por el enlace, que me permitirá leer (espero que pronto) Memoria de un espejo.

Tomas Rivero
Tomas Rivero dice:
20/08/2010 11:14

Me encantan las fechas impresas en las fotos, metiéndose dentro de los personajes y hasta en la conversación. A veces son más importantes que los personajes retratados. Estas fechas mostrando el desencanto, la desilusión del tiempo. La risa y hasta la palabra. La cal y el color de hermosas fachadas, la gente que vive dentro. Esos edificios que ya fueron derribados. Las pérdidas. A veces si rascas en la foto, descubres un abismo. Ah!, esas fechas que demuestran que jamás estuvimos allí.

Imprimo "Memoria de un espejo", y busco en los rescoldos la niñez: la autora de la foto. Siempre es la niñez la autora de todas nuestras fotos.
De vez en cuando los espejos descubren que su memoria es puro azogue y se suicidan hinchados de soberbia.

Tomás Rivero

Alfredo Rodriguez
Alfredo Rodriguez dice:
20/08/2010 13:02

Qué gusto, una comida entre poetas amigos, departiendo de esto y de lo otro, todo filtrado a la luz de la poesía. Maravilloso. Y de fondo Oviedo, una de las ciudades más bonitas de España.
Y qué envidia eso de tener un amigo poeta desde la niñez. Mis amigos de la niñez eran unos auténticos garrulos (y lo siguen siendo).
No conocía la obra de Pelayo Fueyo, aunque sí había oído hablar mucho de él a través de los diarios de García Martín. Tengo que buscar ese libro de Pre-textos, mi editorial favorita.

Jose Luis Sevillano
Jose Luis Sevillano dice:
20/08/2010 18:46

Qué grande es Pelayo Fueyo! Y sus rosas, sus espejos, su guiñoles, su Yorick... Sigo sin entender su anonimato a nivel nacional; para mí es de los más grandes de su generación. Por cierto, magnífica reseña.
Un abrazo

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
21/08/2010 04:33

Qué extraño que tantos lectores de poesía no supieran de la existencia de esta poesía. Hay que decir ya que Pelayo Fueyo no es un poeta más: es un genio. Sin duda, la cota más alta en la poesía de los 90 y posteriores lo alcanzó él. Todo esto se sabrá más adelante, mucho más adelante. Aunque sea amigo mío (tengo otros amigos poetas), concededme el instinto y quedaos con el nombre.

Francesca
Francesca dice:
21/08/2010 09:31

No lo conocía. Gracias por el enlace y por la reseña (magnífica, por cierto). No he podido resistirme y he hecho una primera lectura de "Memoria de un espejo"... me parece increíble que no hubiese oído hablar antes de él. Repetiré lectura sosegada, que me gusta tener "elixires mágicos" para cuando es menester curarme el alma. Ya sabes lo que pienso, la poesía deberían recetarla en el ambulatorio... ;-)

Miguel Angel Gomez
Miguel Angel Gomez dice:
23/08/2010 16:36

Buena reseña, José Luis. La obra de Pelayo es una de las más singulares y ricas (al menos para mí)...También me extraña el desconocimiento de tantos lectores.

Amaranta
Amaranta dice:
24/08/2010 00:25

Pués que curioso; Marco yo en el google " pelayo fueyo ",( porque la verdad sea dicha, soy otra que desconoce su exsitencia y quizás tenga que avergonzarme por ello ) y me lleva a un montón de enlaces y entre uno de ellos, una página que yo frecuento bastante ( poemas del alma ) y a la que no se le escapa ningún poeta, por cierto que en esta página fue donde conocí la existencia de JLP;
pues decía yo,...que entré en esa página y vienen un monton de poemas de pelayo fueyo y , y luego al final siempre viene una sección que denominan " Poemas Relacionados " y viene lo siguiente ( corto y pego ) :
La dama en el espejo (Pelayo Fueyo)
El espejo final (Pelayo Fueyo)
El niño en el espejo (Pelayo Fueyo)
Elogios del pez-luna (José Luis Piquero)
( Ese poema de Elogios del pez-luna es precioso , y por cierto hace referencia a alguien que tambien se llama pelayo , que digo yo, que pondrían dicho poema de jlp por aparecer dicho nombre ?
Pero que casualidad y que buena coincidencia para ambos y qué suerte , aparecer juntos y encima buenos amigos !

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
24/08/2010 02:55

Amaranta, es un poema antiguo que habla de cosas que pasaron hace mucho, de una etapa oscura de Pelayo. Me alegra que te guste. El título, por cierto, lo tomé de un poema suyo.
Francesca, de acuerdo al cien por cien.
Besos y abrazos.

laurita
laurita dice:
24/08/2010 03:24

gran poeta Pelayo. LA obra completa en Pre-Textos es magnífica. El último libro, en cambio, es más flojo, probablemente por la influencia de Diego Medrano. Todo más previsible, más noctívago, más golfo, más... menos Pelayo.
Gracias y suerte.

Clement Cadou
Clement Cadou dice:
25/08/2010 16:52

Lo sorprendente es que P. F. fuera capaz de escribir un poemario tan hondo y maduro como "Memoria de un espejo" a esa edad
(Comprendo muy bien tus diatribas contra el turismo; pero hombre, recuerda que en Spain hay un considerable número de proles del sector terciario que comen gracias a los bárbaros del norte)
Gracias por colgar la reseña,
un saludo

Rafael
Rafael dice:
03/09/2010 16:00

Tío, alabo tu buen gusto poético..., que tu mujer está muy buena.