Huelva la nuit
Ayer, venciendo nuestra resistencia a pisar la capital, fuimos a escuchar a Rodrigo Fresán, que daba una charla en Huelva. Tuve ocasión de que me firmara las dos novelas suyas que he leído, la primera que publicó y la última: Historia argentina y El fondo del cielo, respectivamente. Se supone que Historia argentina son relatos (unos relatos cabrones, escritos con delirante maestría) pero algo tienen, por su circularidad, por la repetición de motivos y personajes, de novela fragmentaria. El fondo del cielo es por momentos pura poesía, aligerada de músculo narrativo, igualmente delirante y genial. Fresán tiene sentido del humor y rebosa amor por la literatura. Es proselitista, como todo buen lector. Ah, y se parece mucho a un Ringo Starr con algo de alopecia.
Tras el acto, fuimos invitados a cenar con él, con Lauro Anaya, con Marcos Gualda y con Luis Eduardo Siles, que lo había presentado. Cenamos en una terraza de la avenida Alonso Pinzón, bajo la noche cálida de Huelva. Lujos que en Asturies uno no se puede permitir casi ni en verano, cuanto menos a finales de octubre. Huelva, la fea Huelva de cara sucia, casi obtenía una absolución en esa calle elegante, animada a esas horas, mientras pasaba gente joven que hasta podía ser guapa. Hablamos de libros, de mujeres, de hombres, de política... Nos reimos, y mucho.
Una última copa con Siles, que tan bien me trató cuando dirigía Odiel Información y al que ahora vemos poco, y la certeza de que Huelva tiene encanto, si se le busca y la compañía ayuda.
Tras el acto, fuimos invitados a cenar con él, con Lauro Anaya, con Marcos Gualda y con Luis Eduardo Siles, que lo había presentado. Cenamos en una terraza de la avenida Alonso Pinzón, bajo la noche cálida de Huelva. Lujos que en Asturies uno no se puede permitir casi ni en verano, cuanto menos a finales de octubre. Huelva, la fea Huelva de cara sucia, casi obtenía una absolución en esa calle elegante, animada a esas horas, mientras pasaba gente joven que hasta podía ser guapa. Hablamos de libros, de mujeres, de hombres, de política... Nos reimos, y mucho.
Una última copa con Siles, que tan bien me trató cuando dirigía Odiel Información y al que ahora vemos poco, y la certeza de que Huelva tiene encanto, si se le busca y la compañía ayuda.
¿Sabías que a lo largo de la vida nos comemos una media de cuatro arañas mientras estamos dormidos con la boca abierta? Así que habrá que cerrar la boca. Por si las moscas.