Hilario Barrero y un poema de Jane Kenyon
Hace mucho tiempo que leo a Hilario Barrero: sus poemas, sus diarios neoyorquinos, también algunas de sus traducciones poéticas. Nunca, sin embargo, habíamos podido coincidir, y eso que él viene mucho a Asturies y yo también. Estos días, finalmente, nos hemos conocido y ha sido un deslumbramiento: atractivo y elegante, inteligente y muy cordial, es un conversador con quien uno desearía poder conversar más. Habrá otras ocasiones. Si queréis más datos, en mis enlaces figura el de su página web. Queda el futuro.
Os regalo uno de los poemas de Jane Kenyon que Hilario acaba de traducir para Pre-Textos en el volumen "De otra manera". Léase despacio, que tiene miga.
NO
La última oración había sido dicha
y era hora de alejarse
del ataúd, en sereno equilibrio sobre su andamiaje
plateado junto al agujero abierto
que olía como un campo recién gradado.
Y entonces oí un ruido que no parecía
humano. Era más bien como el viento
entre los árboles sin hojas, o como el ganado mugiendo
en un establo lejano. Me detuve,
con una mano sobre el techo del coche,
mientras el sonido subía de tono, y luego
adquiría coherencia verbal: "¡No, no me hagan
esto a mí! ¡No, no...!". Y cada uno de nosotros
permaneció donde estaba, dudando entre
quedarnos o dejarla allí.
Amigo Piquero: Muchas gracias por el poema de Jane Kenyon que has seleccionado. Si, es un poema con miga y con corteza dura. No hace falta que diga que conocerte fue uno de los momentos mas hermosos de mi tiempo en Asturies. A ver si os animais y venis a dar una vuelta por estas tierras.
Un abrazo cordial y un beso para Eva.
hilario