Fragmento de unas memorias inéditas (I)
Yo pensé que estas cosas necesitaban cierta estrategia, aunque no fuera la primera vez que X. estaba con nosotros. Así que Z. y yo nos subimos a la buardilla y empezamos a follar. En cierto momento me asomé a la puerta y grité:
-¡Sube!
Ella subió, se asomó a la puerta y dijo:
-No, gracias.
Bueno, no pasaba nada. Pero yo esperaba algo. Aquello no había terminado.
Efectivamente. No había pasado un minuto cuando X. volvió a aparecer en la puerta, esta vez completamente desnuda. Sólo dijo:
-¡Sois unos cabrones!
Y se arrojó (es la palabra justa) sobre nosotros, en la cama...
¿Subió? Creo que sí subió. Tienes una letra pequeña con tu compromiso experiencial. Pero sabes maquillar bien tus experiencias. Hacerlas más interesantes: más literarias. Quiero ver cómo desatas el nudo. Todo tú, X e Y. La literatura hace regalos...
Zecil.