Es que estamos de vacaciones
Ya lo he contado alguna vez. Esto es lo que me contestan los vecinos coñazo cuando me veo obligado a llamarles la atención por el volumen de sus alaridos o de su "música" (por llamarla de algún modo) o de su televisor o de los monstruos a los que llaman sus hijos. No uno ni dos sino todos los vecinos coñazo. Y son muchos porque la casa que está al lado de la mía se alquila en verano. Y cada quince días llega una nueva hornada de vecinos coñazo. Y vuelta a empezar. "Es que estamos de vacaciones". Sí, y yo vivo aquí, y trabajo aquí, y duermo aquí.
Vacaciones, por lo visto, significa desprenderte de cierto yo social, del respeto a los demás, de la educación, del saber estar, de todo lo humano, y convertirte en un gorila untado con crema. Qué poco separa a una persona normal del dominguero desatado, rebosante de grasa y coca-cola.
Tengo una fantasía. Donde quiera que viva alguna de estas familias de monos sin domesticar, voy y alquilo en octubre la casa de al lado. Y hago lo que hacen ellos en verano en la casa al lado de la mía. A ver cuánto tardarían en llegar los municipales.
La semana que viene mi hermano y su familia llegan para pasar el mes con nosotros. Seremos siete en casa. Voy a ser exquisito con lo de no molestar... si los vecinos me dedican la misma atención. Si no... oh. Sé cómo cinco asturianos y dos andaluzas pueden hacer la vida imposible hasta a la familia de domingueros más bajuna de Sevilla. La venganza es mía, dijo el señor Piquero.
Vacaciones, por lo visto, significa desprenderte de cierto yo social, del respeto a los demás, de la educación, del saber estar, de todo lo humano, y convertirte en un gorila untado con crema. Qué poco separa a una persona normal del dominguero desatado, rebosante de grasa y coca-cola.
Tengo una fantasía. Donde quiera que viva alguna de estas familias de monos sin domesticar, voy y alquilo en octubre la casa de al lado. Y hago lo que hacen ellos en verano en la casa al lado de la mía. A ver cuánto tardarían en llegar los municipales.
La semana que viene mi hermano y su familia llegan para pasar el mes con nosotros. Seremos siete en casa. Voy a ser exquisito con lo de no molestar... si los vecinos me dedican la misma atención. Si no... oh. Sé cómo cinco asturianos y dos andaluzas pueden hacer la vida imposible hasta a la familia de domingueros más bajuna de Sevilla. La venganza es mía, dijo el señor Piquero.
¿Sacaréis las gaitas astures?